7 de enero de 2008

Editorial (Núm. 171, enero-marzo 2008)



En esta primera edición del 2008 queremos hacer un Homenaje Gráfico considerando el Centenario del pintor Balthasar Klossowsky de Rola, nacido el 29 de febrero de 1908 y conocido en el mundo artístico como Balthus, por lo que dedicamos las imágenes a este artista

Balthus renovó algunas formas de representación pictórica al recuperar convenciones del Renacimiento italiano, del impresionismo y de expresiones vanguardistas como el surrealismo. Algunos críticos de arte lo ubican dentro del movimiento de la nueva figuración junto a otros artistas como Lucian Freud o Francis Bacon.

En cuanto a los temas que aborda en sus pinturas, Balthus presenta de manera recurrente desnudos femeninos de niñas en la pubertad o adolescentes en posturas muy distintas a las que presentaban movimientos artísticos anteriores como lo muestra la imagen de nuestra portada: Therése soñando (1938), y otras pinturas que se muestran aquí, como Alicia en el espejo (1933), Katia leyendo (1968-76), Desnudo reclinado (1945) o el controvertido lienzo titulado La lección de guitarra (1934). También aparecen expresiones con tintes surrealistas que recuerdan algunos ambientes y gatos de la obra de Remedios Varo como en El gato del Mediterráneo (1949), Pasaje del Comerce-Saint-André, (1952-54), Lady Abdy (1935) o El rey de los gatos (1935)

Los artículos centrales de esta edición son algunas Ponencias que se presentaron en el exitoso Primer Coloquio de Educación Ambiental desarrollado en nuestra unidad los días 20, 21 y 22 de septiembre del 2007.

De este modo, abrimos el número con la Ponencia “El uso didáctico en tres documentales ambientales” de Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán. Continuamos con otra ponencia acerca de los saberes tradicionales y la Educación Ambiental en mujeres de Oaxaca de la exalumna de Maestría, Blanca Santamaría Ramírez.

Mas adelante presentamos dos Ponencias de compañeros y colegas del interior de la República: Se trata de una experiencia de Estrategia regional de Educación Ambiental en “los Tuxtlas”, Veracruz, realizada por Helio García Campos y Alejandro Negrete Ramírez. Y una propuesta de enfoque metodológico para preescolar desarrollada en Puebla por Verónica Ruiz Pérez, Marisela de Niz Robles y Antonio Fernández Crispín.

Completamos esta edición con tres textos más: uno de Armando Meixueiro Hernández, conmemorando el primer aniversario luctuoso de Kapuscinski (23 de enero del 2007), sobre el excelente libro titulado Un día más con vida; un ejercicio creativo coordinado por Nancy Benítez Esquivel en el marco del Curso “El maestro y su práctica docente” y un relato de Fidel Silva Flores en Homenaje al Profr. Abel Ramírez, padre de nuestros compañeros asesores Abel Axayácatl y Rafael Tonatiuh y quién falleciera el 5 de noviembre del 2006.

El uso didáctico en tres documentales ambientales: una aproximación compleja y fractal a la realidad ecológica del planeta en Los cosechadores y yo, L

[1]
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán

Un país, una región, una ciudad que no produce el género cinematográfico documental, es como una familia sin álbum fotográfico (es decir, una comunidad sin imagen, sin memoria). Las imágenes documentales configuran una isla en la memoria, chispazos fugaces en la gran oscuridad del olvido. Sin duda, la memoria individual y colectiva, son la expresión más común del cine documental de todos los tiempos.
Patricio Guzmán

Me doy cuenta de que, en realidad, todo lo que he querido hacer en mi vida es ir al cine.
Gore Vidal


Conocer es revisar las bitácoras de otras travesías
Federico Reyes- Heroles


Resumen
El artículo da cuenta de la experiencia y hallazgos de investigación que sobre el tema de cine y educación se han tenido en la última década. Se expresan las tres formas de relación encontradas, a saber: cinematográfica, comunicativa y pedagógica. Esta última relación es la que se explora en el presente documento, proponiendo usar el Documental cinematográfico, con temática ambiental, en forma didáctica y compleja, potenciando estrategias como la pregunta generadora, el estudio de caso y las redes conceptuales para una aproximación compleja a la realidad. Se proponen tres estrategias para tres documentales ambientales recientes.

1.- Cine y Educación; entre pizarrones y fotogramas: algunas cosechas
Desde hace más de 10 años un colectivo de amigos/profesores/cinéfilos, nos hemos dado a la tarea de documentar los referentes educativos en el arte cinematográfico. Esta experiencia, que inició como auto esclarecimiento ha generado, sin que casi nos lo propusiéramos, varios artículos, revistas monográficas, ensayos, investigaciones, ponencias, conferencias y libros. Es justo dar cuenta en este artículo, así sea a vuelo de pájaro, de los principales hallazgos de esta travesía, hasta ahora encontrados en este objeto de estudio que reconocemos genéricamente, como cine y educación:

· El contexto de lo indagado es necesariamente una civilización en vertiginoso cambio. Nos encontramos en una sociedad sin precedente en la historia, con mayor número de habitantes vivos de cualquier tiempo; urbana, occidental, con una centralidad tecnológica, pos-industrial, global, injusta, hedonista y simultáneamente poblada de imágenes hasta el límite. En este nuevo espacio social hay autores que no han dudado en definirlo como “videoesfera” (Debray, 1992) y otros como iconósfera. Lo anterior, necesariamente ha transformado vertiginosamente la forma de percibir el mundo. El planeta se desborda en imágenes cada día más inaprensibles, ante una multitud de espectadores diversos y efímeros.


· Son estos tiempos de exceso de modernidad o del desbordamiento de la misma (pos deber/sobremodernidad/posmodernidad: según diversos es quemas teóricos), de cambio respecto de los lugares en los que se gestan los aprendizajes. Los espacios tradicionales de aprendizaje, como la escuela, se pasa a no- lugares como los medios de transporte, los supermercados, y otros espacios de anonimato como el cine. La sociedad se traslada del mundo real al virtual. El cine y la educación no son ajenos a estos procesos, al contrario, están imbricados complejamente en ellos.


· La relación entre el cine y la educación es por lo tanto compleja. El cine es una experiencia artística mundial e histórica; en todos los países y culturas ha pasado lista de presente y en el poco más de un siglo de su existencia, la contundencia de la gramática de las imágenes cinematográficas ha documentado –en general– los sucesos de la humanidad. El impacto del cine en la sociedad es, sin duda, uno de los acontecimientos significativos que quedarán en la memoria de largo plazo del controvertido siglo XX.


· Del discurso cinematográfico se puede extraer un conjunto de valores, creencias, formas de ver el mundo que intentan imponerse como patrón de una conformación social y que, por lo mismo, convergen con el discurso educativo.


· La educación que, paradójicamente, violenta al hombre para civilizarlo (Fullat, 1997), cristaliza en los individuos los manifiestos dominantes de una cultura. Cine, cultura y educación se atan en forma múltiple. Convergen con diversos eslabones en el contexto actual de la sociedad posmoderna. La última cadena de esta articulación son los abrumadores proceso de globalización salvaje se ha trabajado en documentos anteriores, (La vida es mejor que la escuela, 1998, Maestra vida, 2000; Globalización, cine y educación, 2003) la triple relación que tiene como eje principal a los docentes y alumnos- espectadores; a saber:


1. Una relación cinematográfica: experiencias educativas que el docente y los alumnos viven y son recreadas en la práctica educativa manifiesta en el arte cinematográfico.

2. Una relación comunicativa: el docente y el alumno como espectador del cine.
3. Una relación pedagógica: el uso didáctico del cine en el salón de clases.


De estas tres problemáticas relaciones hemos desprendido las implicaciones de nuestro campo de análisis que observan al cine, en primer lugar, como una manifestación y proyección de lo educativo, esto le nombramos: lo imaginario del cine en la educación. El segundo objeto de este campo es el que tiene que ver con como el cine retrata/ documenta/ exhibe/ crea/ recrea el hecho educativo, el cine es condicionado en algunos rasgos por lo educativo, pero también condiciona lo educativo a esto lo llamamos el imaginario de la educación en el cine. El tercero, y para los fines de este trabajo fundamental, es el uso con fines de aprendizaje que tiene el cine en la práctica educativa, a esto lo llamamos en tanto concreción pedagógica: el imaginario didáctico del cine.


En resumen: el cine educa aún sin proponérselo; el cine relata lo educativo; con el cine, intencionalmente, se puede educar. En este triple imaginario se ha desarrolla nuestro campo de conocimiento.


Hemos encontrado otras virtudes en este arte interdisciplinario: el cine ayuda a los procesos de integración social por lo menos en cuatro aspectos: socialización, a niños y adultos en las normas, obligaciones y privilegios de los grupos sociales; formación de la personalidad, muestra características de las otras personas consolidando mecanismos como la identidad y la proyección; fortalece el comportamiento colectivo ejemplificando las características especiales que adopta la gente en grupos; y permite el conocimiento de pautas culturales de un tiempo y espacio definidos.


El cine “expande la mente” al posibilitar nuevo conocimiento, ilustra al mudo y sus costumbres, alimenta la fantasía, dota de representaciones sociales, fortalece o niega las ideas propias, genera actitudes hacia el entorno, aumenta la capacidad léxica, posibilita organizaciones cognitivas.
La exposición de los medios de comunicación en el ámbito de nuestras vidas personales representa un peligro potencial de banalización y homogenización de la cultura. Este aspecto de sus mensajes contribuye al despojo del mundo interior de las personas que, tradicionalmente, se ha construido mediante la experiencia reflexiva del aprendizaje (Etcheverry 1999; Pág. 11)
Con relación, a nuestro tercer imaginario (el imaginario pedagógico) y en general al uso de medios audiovisuales en el salón de clase, desde la década de los cincuentas se experimentan acciones pedagógicas donde están involucrados éstos, sobre todo en el primer mundo. Una de las primeras formas de usarlo fue el caso de la capacitación de militares para la guerra. Unos años más tarde, en nuestro país, se desarrolla y concreta el proyecto de telesecundaria que fue, y sigue siendo, una posibilidad de llevar la educación media básica (más adelante otro tipo de nivel) a todos los rincones del país, incluidos los más apartados y las muy dispersas poblaciones de menos de cinco mil habitantes. No es materia de este estudio evaluar resultados de esta experiencia, pero sí hacer notar que la televisión es un medio criticado (no sin razón) por el carácter enajenante y evasivo que se manifiesta en los contenidos de la televisión comercial y que pudiera ser todo lo contrario, asumiendo un carácter educativo. El contenido es lo que define al medio. Es justo repetir al gurú canadiense: el medio es el mensaje. Por eso lo que hay que analizar son los contenidos del medio.


La experiencia de la educación vía medios se intentó reproducir en los mismos años sesentas en países pobres, como instrumento que apoyará, sobre todo acciones de alfabetización. Estas experiencias tuvieron en común dos problemas: el aparente eterno conflicto de la capacitación adecuada de quienes operan estos proyectos (maestros, administradores, técnicos, etc.); y la inadecuada instalación y uso del equipo técnico.


Una década más tarde se comenzaba a extender el uso de los medios audiovisuales, sobre todo por la irrupción dominante de la tecnología educativa. Esta propuesta teórica tenía dos características generales (Porlán, 1996): la obsesión por los objetivos y el uso de estrategias e instrumentos diversos para la obtención de los mismos. Cabe destacar entre ellos las dinámicas grupales, el uso de diapositivas, material didáctico sofisticado, filminas, grabaciones, etc. El cine llegó a las escuelas en formato de 16 mm. con ruidosos proyectores que milagrosamente servían.
Sin embargo, tanto el uso del cine, como el de los otros medios audiovisuales, no se generalizó en la escuela. Tampoco logró un cambio en las prácticas educativas. El tradicionalismo no abdicó con la llegada de la teoría sustentada por el conductismo. Ni este con la educación centrada en el alumno. Las prácticas educativas de los docentes hoy están sedimentadas y es difícil, desde la teoría, encontrarles una sola base epistémica o pedagógica.


Esta realidad escolar contrasta con el uso casi indiscriminado de los medios en la sociedad actual. Arévalo y Ojeda señalan categóricos:


Estudios recientes revelan que los niños pasan alrededor de cinco horas al día expuestos al televisor, el equivalente al tiempo diario escolar, con la diferencia de que no hay para el televidente fines de semana, días festivos o vacaciones. La televisión se ha convertido en un elemento importantísimo en la formación del individuo. Un somero análisis a la programación nos revela la escasez de contenidos educativos, culturales o científicos, con lo cual, la formación integral del individuo se encuentra en una enorme desventaja en esta desleal competencia.[2][3]

Es indispensable reiterar que hay otros ingredientes que se pueden agregar a la seducción televisiva actual y a la de los medios en general( pensemos en el i pod, el Internet o los videojuegos: hay una gran cantidad de mensajes violentos que llegan sin ninguna mediación por parte de los adultos, a los niños y la niñas; hay una sobresaturación de mensajes comerciales que llegar a ser casi la mitad del tiempo de transmisión en el caso de la televisión, pero que está presente en todos los demás medios, incluida la internet. Hay una falta de regulación de las emisiones, lo que es agravado por la carencia de un contrapeso escolar informativo sólido. Sorprende por ejemplo en la discusión actual sobre la Ley de Televisión la ausencia de debate social sobre contenidos y elementos educativos que deberían tener obligadamente quien aspire a nuevas concesiones. O a manejar estas.
Los mass media, los audiovisuales, otras nuevas tecnologías y, por supuesto el cine, van a estar entre nosotros, mutando ante nuestras miradas, por lo menos unas generaciones más. Lo que parece incomprensible es que todavía hoy, a más de 400 años de la aparición de la aparición del periódico, más 100 del cine y casi 60 de la televisión, la educación para los medios sea vista como una innovación y no se haya trabajado lo suficiente en la misma.
Por lo anterior, será inevitable, a nuestro juicio, que se tuvieran en cuenta cuatro consideraciones:


o El reconocimiento de las instituciones educativas –sobre todo de los profesores, actores fundamentales del proceso educativo- de la presencia irreversible de los medios y su impacto en nuestras vidas. Esta presencia debe ser asumida en forma crítica y sin concesiones. Un ejemplo reciente; al teléfono celular en ámbitos educativos se le persigue y silencia, no se le analiza ni tampoco usa;


o Se hace necesario crear estrategias, junto con los maestros para la apropiación no pasiva de los contenidos. Este discurso educativo aparece y desaparece de las discusiones teóricas sin arraigar en la cultura escolar. Se hace necesaria la formación de maestros para los medios.


o El uso de los medios en el salón de clase deberá ser con fines de información, ilustración, investigación, caso práctico, formulación de hipótesis, exposición de ideas, introducción, análisis, conclusión de descodificación de significados. El cine en el aula no debe ser sólo pasa tiempo o llena tiempo. Debe servir para detonar discusión, no para rendirle culto a la imagen. Esto ayudará a respeto a las ideas de otros y propuesta de enriquecimiento permanente por medio de la re-construcción en el grupo, visto siempre como un recurso didáctico dinámico.


o El cine dada su característica de arte múltiple, es por incuestionablemente mutireferencial; se puede analizar, la actuación, los diálogos, el mensaje, la fotografía, la música, el guión, la escenografía, etc. Pero en lo que nos queremos detener es que es una posibilidad de romper el pensamiento lineal, repetitivo, prescriptito y memorístico, por desgracia todavía dominante en el sistema educativo nacional. Creemos que es particularmente el género cinematográfico documental una posibilidad de ir caminando hacia formas de pensamiento, abiertas, escépticas, que generen más preguntas que respuestas y que caminen hacia la complejidad. Esta evitada en el salón de clase y habitada cada vez más por los alumnos. Basta observar a un adolescente y el manejo y conocimiento eficiente de la tecnología para saber a que me quiero refiero.


En resumen, la impunidad de las imágenes y los sonidos de la diáspora actual debe ser enfrentado con la creatividad pro activa de su uso, aprovechamiento y crítica implacable en los colectivos escolares de los medios y en particular del cine.


Nosotros sostenemos, a pesar de lo anterior, que hay varias bondades que ofrece el cine como un recurso viable para ser usado por el docente y favorecer el aprendizaje al interior del aula. Por principio de cuentas, tendríamos que decir que el cine atrapa, enamora, recrea y seduce, una película bien narrada cinematográficamente captura la atención del sujeto por medio de los diversos vehículos comunicativos que conjuga (imágenes, la estructura cinematográfica, sonidos, ambientes, lenguajes verbales y no verbales, la historia que cuenta, etc.). Acerca a lugares, objetos y ciertos acontecimientos que difícilmente podrán encontrarse al alcance de los alumnos. Con el cine se logra experimentar con estímulos tanto visuales como auditivos que posibilitan un mayor proceso de percepción.


El cine permite observar procesos que son más largos que la vida humana, identificar elementos sustantivos de ellos y vincularlos con las vivencias propias. Acerca al aula experiencias que suceden fuera de ella. De la misma forma, al exhibir una película al grupo –o ir juntos al cine - se establecen significados comunes respecto de algún tema, enriqueciendo además los vínculos afectivos entre los integrantes del grupo.


Es necesario tener en cuenta que el objetivo explícito de una cinta difícilmente es el de educar o apoyar el aprendizaje de un contenido o unidad temática. Los directores, productores y dueños de los medios se guarnecen el argumento de que esa no es su finalidad. Sin embargo, es cada vez menos sostenible que la influencia del cine es inevitable en la mente y la conducta de la humanidad. No de manera mecánica, si de forma compleja.


Por lo anterior es el docente quien asume el propósito de enseñar y a él corresponde también ubicar y resaltar aquellos aspectos relevantes y significativos del filme. Por otra parte, la socialización o intercambio de impresiones y opiniones que tengan los alumnos respecto del material visto no es prescindible en modo alguno para un educador comprometido. El espacio que propicie este intercambio debe formara parte de la planeación y concedérsele suficiente importancia, en ello se pueden involucrar foros grupales o escritos breves de muy diversa índole.
Lo hasta aquí expuesto nos mueve a señalar algunas afirmaciones:


1. El maestro no usará el cine para enseñar en tanto no vea cine con ojos analíticos. Las películas deben ser mucho más que un pasatiempo.


2. El cine en la escuela sólo tendrá éxito cuando, además de un bagaje mínimo de películas, el docente profundice su profesionalismo como tal. Es necesario, como sosteníamos más arriba, también procesos formativos (cursos, capacitación, etc.) a este respecto. También es necesario investigaciones específicas al respecto.


3. Para introducir el cine en el salón de clases se tiene que tomar en cuenta varias cuestiones como: considerar las características de los alumnos, definir los propósitos y la relación con los contenidos, prepara las preguntas de mediación para el análisis y realizar una guía general de la sesión, tener claro los objetivos y estrategia a seguir.


Por su parte, son cuatro las formas que recomienda Acosta de introducir al cine como recurso didáctico, a saber:


a) El cine como herramienta ilustradora un paisaje, época, biografía, un futuro posible o probable, una ubicación geográfica, o la resolución de un problema.
b) Cine como herramienta de modelación. El cine provee modelos, ejemplos, referentes claros y tangibles, que pueden retratar hasta el concepto más abstracto.
c) Cine como herramienta sensibilizadora: El maestro también debe trabajar aspectos emocionales y sensibles. Los problemas actuales de la sociedad (pobreza, deterioro ambiental, guerra/armamentismo, drogadicción, etc). Se puede mostrar en el cine.
d) El cine como herramienta cuestionadora en la crítica y la toma de conciencia el cine puede llegar a ser indispensable.

En esta última creemos que el cine debe servir para ayudarnos a explicarnos la realidad, pero tal y como es decir en forma compleja: como un entramado en el que los elementos no aparezcan separados sino que tiendan a relacionarse en forma diversa.
Pero con frecuencia este proceso es obstaculizado por la ideología.

Como argumenta Camarero (2002) la ideología está ligada básicamente a la representación, como sistema de representaciones (imágenes, mitos, ideas o conceptos) que existen y cumplen un papel en una sociedad concreta. En tal sentido toda película influye en el modo que el individuo tiene de percibir las cosas, influye en la concepción que tiene de si mismo y del mundo que le rodea. Crea hábitos, normas de comportamiento, mentalidades, formas de vida, mitos en definitiva imágenes que constituyen la ideología.


El término ideología ha estado manchado por dos marcas indelebles. No es se redice a las ideas políticas ni tampoco se puede reducir a la falsa conciencia...


La ideología sería más bien un inconciente vital que se segrega desde unas relaciones sociales, y que sirve para legitimarlas, convertirlas en lo “natural” y hacer funcionar así a esas relaciones sociales, configurando la individuación de cada vida subjetiva, desde el trabajo al beso al vestido.

Por lo anterior se hace inevitable una mirada crítica o alternativa que lleve a preguntarse no sólo que imagen estoy viendo sino a la vez sino que es lo que esta imagen quiere hacer conmigo.

Y puesto que la mirada que habla nos pigmenta la piel, nos hipnotiza, la única manera de defensa es el contraataqué: ejercer el poder de nuestra propia mirada para intentar desbloquear todo el inconciente que la pantalla destila. Establecer una distancia continua, que a la larga nos permita ver lo que hay detrás – o dentro- de la mirada que nos habla.


2.- La escuela y la fragmentación.
Durante las últimas décadas se ha hablado mucho de cómo la institución escolar ( en general), siguiendo la racionalidad occidental dominante, tiene la tendencia a fragmentar el conocimiento con la justificación de facilitar los procesos de enseñanza. EL problema radica, en que sobre todo por la ausencia de generación de procesos de integración o articulación, los alumnos en el mejor de los casos sólo logran conocimientos parciales y aislados. No articula, no relaciona, no hay conexiones ni ocultas, tampoco evidentes. Es necesario, también didácticamente, posibilitar esta acción hacía pensamiento complejo.

2.1.-En aula, un espacio ecológico
Hasta aquí hemos visto la relación cine y educación desde algunos elementos un tanto abstractos. Sin embargo :¿ dónde se concreta esta relación? Tradicionalmente el aula es definida como “el espacio didáctico en el que se lleva a cabo la mayoría de las tareas escolares ( Chama Beristain: 2005)”. Desde esta definición podemos darnos cuenta que tal concepción considera sólo el aspecto físico dejando de lado otros muchos elementos que a pesar de no estar conscientes de ellos se presentan e influyen en los complicados procesos de enseñar y aprender.

Hoy la educación enfrenta un gran desafío puesto que “existe una contradicción entre problemas globales, interdependientes y planetarios y nuestro modo de enseñar y conocer cada vez más fragmentando, parcelario y compartiendo”, lo anterior nos lleva a pensar que se hace necesario implementar otras formas de acceder al conocimiento, y no me refiero a reformas de programas y planes sino a una reforma del pensamiento que tiene que surgir de la mente de cada uno de los maestros que se encuentre frente a su clase y que tenga la responsabilidad de formar niños, jóvenes o adultos, pues es un hecho que reformas van y vienen, planes y programas maravillosos se ponen en marcha y el resultado ha sido mas o menos el mismo. Como lo hemos venido señalando en esta nueva construcción de lo educativo en el siglo XXI el cine tiene mucho que aportar.

Para lograrlo hay que transformar, primero la manera de entender el aula escolar; verla como un espacio de posibilidades casi infinitas, más que de monólogos. En su interior se establecen diversas relaciones que le otorga un sentido ecológico, es decir, organizativo, político, contextual.

El aula entonces como nicho incluye una dimensión física que rebasa el salón de clases donde las relaciones que se establecen le otorgan una cualidad ecológica, es decir, la diversidad de actores que están presentes en una institución educativa y las relaciones que establecen son las que posibilitan la emergencia de un aprendizaje significativo.

Al refirme de los actores estoy considerando a todas aquellas personas que intervienen en el acto educativo, comúnmente se hace una separación entre docente y alumno, dicha separación proviene de la asignación de roles no intercambiables, el docente es el que enseña y el alumno el que aprende, sin embargo, concebir al aula como espacio ecológico significa dejar de lado esa posición dicotómica ya que más allá de cumplir con un rol especializado de docente y alumno hay seres humanos con todos los aspectos que los conformaban.

2.2.-Simultaneidad de procesos
En el salón de clase las relaciones humanas y las formas de pensamiento son diversas más únicas, aunque la pretensión de homogenizarlas esté siempre presente. En apariencia cada actor educativo cumple un rol preestablecido: El maestro llega al aula con su plan de clase, el alumno con sus útiles escolares, se instalan los actores y dan cuenta de un proceso, al menos eso creen y poco se reflexiona sobre los diversos procesos que confluyen en el aula, específicamente sobre el circuito enseñanza-aprendizaje.

Dentro del aula este proceso no es el único que se lleva a cabo, existen otros que pernean al acto educativo, uno de ellos es la comunicación y aquí podemos encontrar toda una gama de códigos, mensajes, receptores, signos, actitudes, etcétera, los cuales influyen en el mismo tiempo son influenciados por las relaciones que se sostienen entre los actores.

Otros procesos son: de adaptación, motivación, de resistencia, afectivos, mentales, sociales y éticos, cada uno con sus características particulares pero todos a la vez se conjugan en ese espacio/encuentro de actores.


3.- La complejidad: una salida.
Es necesario en el salón de clase, la generación de pensamiento amplio y profundo y este se puede irse alimentando de los aportes de la complejidad.


Hay que recordar que un sistema complejo es una estructura compuesta por varias partes interconectadas o entrelazadas cuyos vínculos entre ellas contienen información adicional y oculta al observador. Como resultado de las interacciones entre elementos, surgen propiedades nuevas que no pueden explicarse a partir de las propiedades de los elementos aislados. Dichas propiedades se denominan propiedades emergentes.


El trabajo del Documental cinematográfico en clase, ofrece pistas de para develar la red de conexiones invisibles de los hechos, por ejemplo, ambientales.

4.- El Documental: la diferencia de atrapar la realidad o asomares a ella.
Aprovechando la metáfora de Cortázar si el cortometraje gana por nocaut, el documental siempre gana por puntos. El documental lo es más cuando cambia de posición para mirar, cundo se acerca o se aleja, cuando toma otro ángulo de lo que documenta, también cuando compara, cuando relaciona con fenómenos semejantes del presente o del pasado, cuando busca semejanzas o diferencias.


Los documentales tienen una primera tarea: retratar la realidad. El documental tiene como materia del trabajo la vida; plantas, animales, ecosistemas, personajes, hechos sociales recientes o históricos. pero también con el sólo mostrar pretenden trasgredirla. Cambiarla.
Para influir en este cambio el documental usa en diversa en proporciones las herramientas del lenguaje cinematográfico, que a lo largo del tiempo si han ido aderezando de las diversas tecnologías que va desarrollando la civilización; fotografía, sonido directo, zoom, ediciones, animación, imágenes obtenidas por cámaras, videos, llamadas, etc. Sin embargo, creemos que la finalidad de todo esto es seducir y percudir al espectador para educarlo.


Todo el cine influye, y en mayor o menor medida es un vehículo ideológico por el que transitan pautas culturales, así como estilos de vida. Sin embargo ningún género cinematográfico esta tan interesado en influir en la educación del espectador como el documental. Nadie ve documentales sólo para entrenarse o pasar el tiempo, siempre hay una búsqueda atrás, una segunda intención en consumir de los mismos. El documental es en tal sentido una sumersión en la realidad, a veces es el barco, el equipo de buceo y el arrecife de coral.


En estos documentales se hace evidente lo que intuíamos, de lo que sabíamos, en la primera capa superficial de conocimiento que teníamos sobre hecho o personaje. Aquí hay trabajo de complejidad: nos enseñan, recrean, comparten, posibilitan, guían y dejan ver el reflejo de una realidad poco humana y con frecuencia desencarnada, a veces indescriptible, a veces luminosa.
El documental es uno de los ejemplos más acabados de la intercomunicación: se conecta con documentos históricos, con tradiciones, con diversas lenguas, con múltiples culturas, con las más distintas expresiones formales o populares, con otros medios de comunicación.
Los documentales también ahora tienen una parte que se dirige a lo emoción a vivir una experiencia.


5.- El destino nos alcanzó. ¿Cómo que el clima se relaciona con la civilización?
Para contextualizar la problemática ambiental, en el presente apartado utilizaremos a Imanuel Wallerstein (2007) y los tres problemas que anota como obstáculos que superar la actual crisis planetaria. Es indispensable aclarar que, tal y como están planteados, nadie escapa, a los síntomas evidentes del Calentamiento global. Estos son estos tres obstáculos: los grandes productores industriales, la búsqueda de estándares de competencia en los países en desarrollo y el estilo de consumo actual.


Sobre la incontenible producción capitalista contemporánea y la dificultad para internalizar los costos ambientales a la economía Wallerstein, señala.


A los productores/empresarios les preocupa primero que nada obtener ganancias con sus actividades. Si uno les pide que internalicen costos que actualmente no tienen que pagar (el mejoramiento o limpieza de sus procesos de contaminación), esto afecta seriamente sus ganancias en dos formas. Primero, los fuerza a elevar sus precios, lo que puede ocasionar la eliminación de ciertos clientes suyos. Y si internalizan sus costos pero los competidores no lo hacen, pueden perder ventas que lograrán estos competidores.


De las economías emergentes o en desarrollo como las de la Europa del este China, o los países de la Cuenca del Pacífico y la imposibilidad de llegar a las metas de reducción de Co2 del Protocolo de Kyoto, el autor destaca:


El segundo problema es precisamente el de la competencia internacional. Los países más pobres buscan mejorar su capacidad de competencia en el mercado mundial. Una de las formas en que hacen esto es produciendo ciertos productos a un menor nivel de costos de tal modo que algunos artículos puedan ser comercializados a un nivel menor de precios. Si se ordenaran (digamos mediante algún tratado internacional) ciertos virajes en el proceso de producción (la reducción en el uso de carbón como fuente de energía), esto requeriría una costosa restructuración de las industrias en esos países.


Durante décadas un cierto tipo de ambientalismo, tipo la ecología profunda, se limito a señalar como culpables a esta gran producción industrial como los culpables de la crisis ambiental y de la emisión de gases de que provocan el efecto invernadero en la atmósfera del la Tierra. Wallestein afirma que en el tercer problema todos tenemos un grado de responsabilidad.


Ustedes y yo constituimos el corazón del tercer obstáculo. Se le llama consumismo. A la gente siempre le ha gustado consumir. Pero en los pasados 50 años, el número de personas que podrían consumir más allá de cierto nivel mínimo de supervivencia se ha incrementado notablemente. Cuando llamamos a los individuos a consumir menos electricidad o potencia, o a consumir menos de los productos que requieren de estos insumos, estamos convocando a quienes ahora son consumidores a que cambien su estilo de vida, de modos significativos

6.- Los tres casos:
A continuación se da una breve descripción de los documentales y se propone una estrategia didáctica distinta para cada uno de ellos. Estamos seguros que no son la única forma de trabajo y que se pueden experimentar otros documentales y, por supuesto, otras intervenciones didácticas.


Los cosechadores y yo.
Documentada en primera persona, la obra y visión de Agnès Varda ( Francia; 2000), es un retrato cercano, de relación de la autora en la misma obra de los cosechadores actuales, que ya no cosechan espigas de trigo- como aquellos cuadros realistas o impresionistas- sino de objetos/desechos/sin dueño. La autora no solo no evita sus juicios personales, sino que participa activamente aun con ideas propias, vinculadas o no con el tema- que le van surgiendo mientras filma.


El documental relata la vida de los modérenos pepenadores en Francia, recolectores, por ejemplo de papas o jitomates que no son aceptadas en el mercado por algún desperfecto natural o por que no alcanzaron el tamaño estándar.


Es también un relato de viaje. No sólo se esta en el campo, sino que se recorre el paisaje entero de Francia, de las ciudades a los ámbitos rurales. Descubre los intersticios y los bordes de una sociedad de consumo, que genera desigualdades y marginados que sobreviven entre el ingenio y la falta de opciones.


Meixueiro (2004) sostiene que en el discurso ambiental tarde o temprano se tropieza con la basura. El punto es el abordaje de la temática: aquí se va de la reflexión filosófica, al arte, a la subjetividad de la pobreza. No es como en el caso de la muy notable obra de mexicano de Martínez Merling, (Pepenadores; 1989), ir al relleno sanitario a buscar a los seleccionadores de basura, sino más bien de verlos, en el mundo cotidiano, lleno de objetos y sujetos desechables en acción en un relleno más amplio que es la sociedad actual.


El uso didáctico que sugerimos de Los cosechadores y yo, tendrá que ver con una dinámica, de preguntas detonadoras alrededor de los siguientes tópicos:
— ¿Dónde va a dar lo que ya no usas?
— ¿Es visto a alguien recogiendo basura?
— ¿Hay un tamaño específico para cada fruta?
— ¿Este tamaño lo ha dado la naturaleza?
— ¿Sabes que es un pepenador?
— ¿Cómo se entiende en el Documental el término reciclar?
— ¿En nuestro país también hay gente que come de la basura?
— ¿Relaciona el documental con la forma en que consumimos?
— ¿Como son entendidas las antigüedades en el film?
— ¿Haz realizado un viaje como el que muestra el documental?

La pesadilla de Darwin ( Sauper H.;Francia, Austria y Bélgica:2004)
Sobre La pesadilla de Darwin. El corazón de este relato es el aprovechamiento de la perca del Nilo procedente del Lago Victoria, en Tanzania en África; pero no es un documental del paisaje o del uso sustentable del recurso. Más bien al contrario es la historia de una red que se va conectando, mientras se desligan ante nuestros ojos el uso de los recursos naturales:


Cuenta la situación de 25 millones de personas que viven en los alrededores del lago, más de la mitad de las cuales se encuentra en situación de desnutrición. Muchos de ellos pescadores, o realizadores de la limpieza e industrialización de la perca, que no estará jamás en su mesa.


Narra también las verdaderas hazañas de los pilotos en aeroplanos, destartalados que llevaran este pescado a Europa, no sin antes haber convivido, en bares con prostitutas que ven ellos una de las pocas alternativas de sobrevivencia. EL paisaje se completa con niños de la calle y ejecutivos financieros internacionales.


Es la historia estrictamente ecológica de la introducción de una especie que alterara la dinámica de todo el ecosistema incluido al humano.


— La propuesta didáctica que se propondría sería el estudio de caso. Como se recuerda está técnica tiene la finalidad de enfrentar al alumno a la realidad, poniendo en juego su capacidad de conocimiento disciplinar previo, el análisis y comprensión de la problemática, así como la capacidad de expresar las ideas y aprender de la discusión, para tratar de llegar a proponer alternativas de solución, considerando loe elementos principales y los subordinados.
— Una pregunta detonadora sería: ¿Qué otros recursos naturales son aprovechado es forma semejante en los países pobres ?

Una verdad incómoda ( Guggenheim D. Estados Unidos: 2006)


La verdad incómoda, el DVD que produjo Al Gore, es un documento formidable en cuanto a recursos didácticos, análisis estadísticos, estudios científicos y mucho más. Es también de profunda pena ajena que un documento tan valioso esté entretejido con la biografía personal y política del autor. Es preciso que el espectador separe el ego del señor Gore -por lo demás un excelente conferenciante-, de la información y las explicaciones contundentes que contiene el documento.
José Blanco.


Después del muy cuestionado proceso de elección a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica (2000), Al Gore, candidato demócrata vencido se dio a la tarea de recorrer su país y otras capitales del mundo dictando una conferencia sobre el cambio climático; las causas, repercusiones y posibles acciones para mitigar y en su caso disminuir la producción de los gases de invernadero en la atmósfera terrestre.


— El documental recupera el sentido crítico de cierta tradición de documental norteamericano, soportado científicamente las evidencias. Resulta tremendamente claro, por el uso de un gran número de recursos ( desde la anécdota familiar a la animación, de la gráfica al dato duro y de ahí al chiste, del diagrama a la dramatización, etc. ) sin perder jamás el escenario de la cátedra en la que parece sentirse muy a gusto.
— La recomendación pedagógica para este documental sería la creación primero individual y luego colectiva de una red conceptual. Una reconstrucción de los nodos, su conectividad y el análisis profundo de las propuestas que realiza el político, ahora ambientalista, para ver su factibilidad. Un ejemplo sería la siguiente:


Finalmente de las propuestas que se hacen el concluir el documental, se debatirá en para ver su factibilidad y sus repercusiones reales en la sociedad y la naturaleza actual.
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Propuestas final del documental y preguntas:

a) Preguntas sugeridas
¿Estás propuestas posibilitarán una naturaleza y sociedad mejor?
¿Son remediales o radicales los cambios que se proponen?
¿Cómo civilización: estamos en condiciones de llevarlas acabo?
b) Propuestas de La verdad incomoda
— Cambiar las bombillas tradicionales por las lámparas compactas fluorescentes (Fijar el termostato a dos grados menos en invierno y dos grados más en verano. Ajustando la calefacción y el aire acondicionado se podrían ahorrar unos 900 kilos de dióxido de carbono al año.
— Usar menos agua caliente. Se puede usar menos agua caliente instalando una ducha-teléfono de baja presión y lavando la ropa con agua fría o tibia.
— Utilizar un colgador en vez de la secadora de ropa. Si se seca la ropa al aire libre la mitad del año, se reduce en 320 kilos la emisión de dióxido de carbono al año.
— Comprar productos de papel reciclado. La fabricación de papel reciclado consume entre 70% y 90% menos energía y evita que continúe la deforestación mundial.
— Comprar alimentos frescos. Producir comida congelada consume 10 veces más energía.
— Comprar alimentos orgánicos. Los cultivos orgánicos absorben y almacenan mucho mas dióxido de carbono que los cultivos de las granjas "convencionales".
— Evitar comprar productos que vengan en envases pesados. Si se reduce en un 10% la basura personal se puede ahorrar 540 kilos de dióxido de carbono al año.
— Reciclar, se pueden ahorrar hasta 1000 kilos de residuos en un año reciclando la mitad de los residuos de una familia.
— Elegir un automóvil de menor consumo. Al comprar un automóvil nuevo puede ahorrar 1.360 kilos de dióxido de carbono al año si este rinde dos kilómetros por litro de gasolina más que el otro. Es preferible que compre un automóvil híbrido o con biocombustible.
— Usar menos el auto. Prefiera caminar, andar en bicicleta, compartir el automóvil y usar el transporte público. Reduciendo el uso del automóvil en 15 kilómetros semanales evita emitir 230 kilos de dióxido de carbono al año.
— Revisar semanalmente los neumáticos. Inflar correctamente los neumáticos mejora la tasa de consumo de combustible en más del 3%. Cada litro de gasolina ahorrado evita la emisión de tres kilos de dióxido de carbono.
— Plantar árboles. Una hectárea de árboles elimina, a lo largo de un año, la misma cantidad de dióxido de carbono que producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Un solo árbol elimina una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
— Pedir a la compañía eléctrica que cambien a energía renovable. Si dicen que no la disponen, preguntar por qué.
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Referencias
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[1] La versión preeliminar de este trabajo se presentó en la 8th Annual Convention of the Media Ecology Association realizada en junio del 2007 en el del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
[2] Hay varios investigadores que coinciden en la centralidad de la televisión y paradójicamente en la falta de desarrollo de contenidos.

Los saberes tradicionales y la Educación Ambiental: El caso de las mujeres de la cuadrilla Guadalupe Amuzgo, Oaxaca

Blanca Santamaría Ramírez*

Resumen
Hoy que los pueblos indígenas han levantado su voz mas fuerte que nunca exigiendo la reivindicación de lo que consideran sus derechos, a la vez que hacen patente su identidad indígena-mexicana, reclaman al Estado mexicano reconozca su pluralidad étnica, religiosa, lingüística; lo que hace necesario desarrollar nuevas formas políticas y culturales bajo las cuales la sociedad se reorganice para dar cabida a la diversidad y al pluralismo. Estos pueblos ya no se encuentran únicamente en resistencia ante el estado homogenizador, quién a partir de la Constitución de 1917 ha reconocido algunos derechos, sino que ahora también hacen frente a un enemigo mucho más agresivo que es la globalización, ante él cual confrontan grandes riesgos en la pérdida acelerada de su sociedad, cultura y recursos naturales. Por eso es importante reconocer, rescatar, preservar y fortalecer el patrimonio cultural, social y de biodiversidad de los pueblos indígenas como un elemento clave para sus propias estrategias de desarrollo.

El acopio de una gran riqueza de Saberes Tradicionales en las comunidades indígenas que se enriquecen ciclo a ciclo, se transmiten por la tradición oral de generación en generación y se corresponden con la cosmovisión de las comunidades permitido la subsistencia alimentaría con técnicas tradicionales (Gómez, 2000) El olvido de estos sistemas tradicionales ha generado cambios en la manera de concebir la educación y de enfocar problemas por lo que aparecen nuevos paradigmas teóricos y metodológicos que han conducido a una crisis ambiental (Toledo, 1989).

En el contexto de la crisis ambiental y bajo el supuesto de que en las comunidades indígenas, se conservan y practican Saberes Tradicionales Ambientales con bajo impacto hacia sus recursos naturales; resulta de gran valor el papel que tiene la mujer indígena en su sociedad, al ser portadora de un conocimiento milenario sobre la flora y fauna, el clima, el recurso hídrico y de suelos del lugar. Ante ello, se propone en este trabajo un marco conceptual para el abordaje de estos saberes, una respuesta de sistematización e interpretación de los mismos, y con base en ellos la instrumentación de una intervención pedagógica no formal de educación Ambiental en la cuadrilla La Guadalupe Amuzgo, Oaxaca, con las mujeres indígenas de la comunidad.

En lo personal, la importancia de una intervención pedagógica de educación ambiental en la comunidad indígena “La Guadalupe” Amuzgo, Oaxaca, radica en que la educación ambiental como proceso que se ha permitido estudiar la complejidad ambiental, podrá dar respuestas a las causas de los síntomas de la crisis ambiental manifiesta en dicha comunidad. Buscando conjuntamente (comunidad-investigadora) el análisis crítico de los problemas socio-ambientales y su relación con los modelos de gestión y las acciones humanas, mismos que permitirán vislumbrar las soluciones viables de abordar por las y los participantes en dicha intervención.

Los pueblos indígenas de América Latina, son herederos de un rico patrimonio cultural, a pesar de haber tolerado desde la época de la conquista, el despojo de sus tierras y territorios ancestrales y la negación de su identidad étnica, lingüística y cultural; dando muestra de una gran vitalidad al haber sobrevivido y demandar en estas últimas décadas su reconocimiento como pueblos en todos los estados[1]

La definición de quien es y quien no es indígena, ha sido objeto de intenso debate. Sin embargo instrumentos internacionales como el Convenio 169 de la OIT, el proyecto de Declaración Americana de derechos de los Pueblos Indígenas, han adoptado definiciones similares. Definiendo como indígenas a los descendientes de los habitantes originarios de una región antes de la colonización y que han mantenido total o parcialmente sus características lingüísticas, culturales y organización social. Además de la auto identificación como criterio fundamental para determinar quien es Indígena.

Los pueblos indígenas ya no se encuentran únicamente en resistencia ante el Estado homogenizador, quién a partir de la Constitución de 1917 ha reconocido algunos derechos, sino que ahora también hacen frente aun enemigo mucho más agresivo: la globalización. Misma que pretende describir la realidad inmediata como una sociedad planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socioeconómicas o culturales. Surge como consecuencias de la internacionalización cada vez mas acentuada de los procesos económicos, los conflictos sociales y los fenómenos político-culturales. Bajo este contexto los pueblos indígenas enfrentan grandes riesgos de una pérdida acelerada de su sociedad y su cultura. Por lo que es importante reconocer, rescatar, preservar y fortalecer el patrimonio cultural, social de los pueblos indígenas como un elemento clave en sus propias estrategias de desarrollo con identidad y como un aporte en el proceso de búsqueda de soluciones a los grandes desafíos que enfrenta el mundo.
En ese mismo orden de ideas, el desarrollo en las comunidades indígenas no debe significar la imposición de proyectos y sistemas ajenos, desapropiados, insostenibles y destructivos, sino: un desarrollo fundamentado en el respeto a la naturaleza y el derecho de los Pueblos Indígenas a participar como sujetos colectivos en su propio destino, acorde a su cultura, organización socioeconómica, valores, conocimientos y potencialidades. Y la demanda a los gobiernos para emitir una legislación que proteja y garantice los conocimientos, prácticas tradicionales de los pueblos indígenas[2].

Al respecto, la visión de los indígenas al desarrollo está impregnada por su cosmovisión la cual considera a la naturaleza como un todo, que abarca lo material, lo espiritual y humano; es la vida misma y no puede ser utilizada para enriquecerse individualmente. Esta cosmovisión tiene una serie de principios que parten de la idea de que se debe cuidar y respetar al conjunto de seres vivientes que coexisten en el ecosistema, conservar y fomentar la tierra, proteger los productos de consumo humano, para mejorar el nivel de vida de la familia y de la comunidad; proteger los recursos no renovables, incentivar a la comunidad para que cuide su propio ambiente, socializar a nivel de la organización y las comunidades acerca de la conservación del entorno como garantía de una vida digna tanto para las actuales generaciones como para las futuras.
El uso de tecnologías y prácticas tradicionales son necesarios y deben ser combinadas con tecnologías modernas, los proyectos de desarrollo deben recoger las necesidades y problemas de cada pueblo, partiendo de una base sostenible y económicamente adecuada a sus características sociales y culturales[3].

Género y educación
En los pueblos indígenas las mujeres indígenas enfrentan más obstáculos que los hombres para salir de la pobreza no solo sufren la exclusión y discriminación por la sociedad dominante, sino que su trabajo es considerado como “ayuda”, mientras que los hombres son los que ”trabajan”; lo que resalta una división sexual y generacional del trabajo muy marcado, sin embargo en la practica cuando los hombres se ausentan las mujeres asumen la mayor parte de las tareas “masculinas” adicionalmente a las propias. Acevedo, M. L. (1982:139-142)

La mujer indígena vive y se desarrolla dentro de la familia, su posición al interior de la misma está claramente determinada por la cultura del grupo. Son hijas, hermanas, madres, ancianas; en cada caso tienen bien definida no solamente su posición sino también su rol. Debe atender la casa, cultivar el huerto, cuidar de los animales, etcétera. Se le permite asistir a la escuela por 6 años consecutivos, no es una práctica común en el mundo del indígena, por eso, no todas las niñas o adolescentes que van a la escuela terminan. En caso de que la familia tenga la posibilidad de enviar algún hijo a la escuela, es el varón el elegido, al fin que ella “no lo necesita”; es el trabajo femenino en la casa, la huerta, como sirvienta, el que requiere la familia lo que determina que ella asista a la escuela.

La mujer indígena cuando contrae matrimonio, sus obligaciones son mayores y más pesadas. Debe hacerse cargo de todas las tareas de la casa, del cuidado y educación de los hijos. Organizar el trabajo de los hijos, recolectar y garantizar el abasto doméstico de combustible (leña), acarrear el agua junto con los hijos, hacerse cargo de la huerta y de los animales del corral, colaborar con el marido en la milpa. Y cuando el hombre busca trabajo y se contrata como peón agrícola asalariado fuera de su comunidad, la mujer se hace cargo de su hogar, de las actividades agropecuarias y de la educación de los hijos. Otro campo para la mujer es el comercio, en ciertos grupos ella debe comercializar y/u organizar la venta de los productos de la milpa, de las artesanías y de la huerta[4].

Morales A. referido por De Emilio, A. L. (1989) menciona que con el uso del lenguaje, las mujeres preservan una gama de conocimientos relativos a la percepción y categorización de la realidad que no necesariamente coincide con aquella del mundo hispano parlante y a esto le añade el respeto a las reglas tradicionales que definen los sistemas de comportamiento y las relaciones sociales internas de la comunidad. En este sentido, en un mundo afectado por profundos cambios socio-económicos y culturales, las mujeres aparecen casi como un “depositario” de la tradición es la “memoria histórica” del grupo. De Emilio, A. L. (1989:157-161)

Los saberes tradicionales
Refiere López, A. A. et al (2005:239-244) que las sociedades mesoamericanas tuvieron entre sus factores mas sólidos de su unidad de producción y sobre vivencia común del conocimiento: la sabiduría agrícola, la pericia en la explotación de los recursos naturales, las formulas para la medición del tiempo y el arte de la medicina mismas que viajaron por las vías del trueque, haciéndose cada vez mas fuertes por la experiencia compartida y la variedad geográfica; que así como la comunicación entre los pueblos y la concurrencia de las prácticas diversificadas enriqueció el conocimiento, también hubo carencias desfavorables al comparar su tecnología con la que se manejaba en los pueblos de niveles semejantes en organización social, urbanismo o desarrollo artístico. A pesar de lo anterior los mesoamericanos alcanzaron altas densidades de población y solucionaron sus necesidades de subsistencia principalmente a que sumaron a sus conocimientos agrícolas la alta organización del trabajo y la diversificación de fuentes de abastecimiento.

Los saberes tradicionales de las comunidades campesinas se van enriqueciendo ciclo a ciclo, transmitiéndose por tradición en forma oral y se corresponden con la cosmovisión de las comunidades ello ha permitido la autosuficiencia alimentaria de las familias campesinas más pobres, para quienes las ventajas comparativas y las fluctuaciones de los precios en el mercado internacional son irrelevantes por lo que siguen sembrando maíz con técnicas tradicionales Toledo, V. M. (2000:99-135) el olvido de estos sistemas tradicionales ha generado cambios en la manera de concebir la educación y de enfocar problemas por lo que aparecen nuevos paradigmas teóricos y metodológicos que han conducido a una crisis ecológica. Toledo, V. M. (1989:115-203) La visión mecanicista que se ha implantado en las comunidades indígenas y rurales es con base en sistemas dependientes de insumos externos, con un enfoque productivista[5], a partir de la explotación de la naturaleza, sin considerar los saberes locales, lo que se ha traducido en pérdida de autosuficiencia alimentaria y crisis ambiental. En este contexto, los Saberes Tradicionales, aportan elementos básicos en los ámbitos de la conservación y la biodiversidad, las sociedades indígenas tienen un amplio conocimiento ecológico y han generado sistemas cognitivos sobre sus recursos naturales. Toledo, V. M.(2002)

La mujer y los saberes tradicionales ambientales
Dentro de ese mismo orden de ideas es preciso considerar el papel que las mujeres desempeñan en el proceso de socialización primaria de las nuevas generaciones, es decir, en el proceso de interiorización de la realidad social por parte de los niños. Ellas garantizan mayores efectos multiplicadores cuando menos en los primeros años de vida de un niño. Como depositaria de tan antiguos conocimientos la mujer hace uso de ellos en todas las etapas de desarrollo crecimiento de su familia, de la comunidad de medio en general.

El mundo oral despierta (a la memoria) mediante la representación, reproducción e intercambio de conocimientos a través de experiencias que, al irse trasformando en comunitarias, conforman redes de saber colectivo. La acción mediante la cual se ponen en práctica conforma una serie de estrategias, de habilidades, que bien pueden entenderse como una pedagogía comunitaria, ya que se basa principalmente en la experiencia y las prácticas de enseñarse que hacen del trabajo, y que dan sentido a los saberes. El saber indígena viene de prácticas comunitarias del saber ser, saber estar y saber dar uso, de un mundo que se reconoce de la convivencia y de las prácticas (Gómez M. M. (2000:257)

Los saberes tradicionales[6] son, de esta manera, en su totalidad los conocimientos y prácticas utilizados en el manejo de las facetas socioeconómicas, espirituales y ecológicas de la vida. Las categorías de conocimientos incluyen: las agrícolas, meteorológicas, ecológicas, de gobierno, de bienestar social, medicinal y farmacéutico, legal y jurisprudencial

Educación Ambiental
Los nuevos escenarios apuntan a la redimensión de la educación ambiental como proceso ante la pobreza, las modalidades de consumo, los problemas de población, salud, economía, desarrollo social y humano, paz y seguridad, así como a la democracia y los derechos humanos como premisas fundamentales en el proceso de gestión educativa ambiental Porto (2000:75). Abrirnos a la posibilidad de construir una educación ambiental para este milenio implica crear y diseñar espacios educativos, sociales, culturales y ambientales que permitan el intercambio y la pluralidad de saberes en el camino sugerente de vislumbrar un ser humano que comprenda e integre la complejidad del mundo. Río+10 (1992)

Los problemas ambientales son resultado de acciones concretas, son un mosaico de pequeñas o grandes acciones de aprovechamiento excesivo o de descuido y/o de destrucción. Acciones determinadas por los modelos de producción y consumo y por los hábitos de vida, especialmente los de la sociedad occidental. Resolver los problemas ambientales o, mejor aún, prevenirlos implica la necesidad de ir cambiando cada acción, de manera que se modifiquen los efectos de nuestra actividad individual y colectiva, para obtener un nuevo mosaico de fuerzas encaminadas en una dirección distinta: la sustentabilidad.

Ante esto el reto de la educación ambiental es, promover una nueva relación de la sociedad humana con su entorno, a fin de procurar a las generaciones actuales y futuras un desarrollo personal y colectivo más justo, equitativo y sostenible, que pueda garantizar la conservación del soporte físico y biológico sobre el que se sustenta.

Por ello la educación ambiental es, ante todo, educación para la acción. Actúa ampliando nuestros conocimientos y conciencia acerca de los impactos de la actividad humana sobre el medio, pero con el objetivo último de mejorar nuestras capacidades para contribuir a la solución de los problemas (Libro Blanco de la Educación Ambiental en España 1999)

La educación ambiental trata, finalmente, de desarrollar competencias para la acción, capacitando no sólo para la acción individual sino también para la colectiva, especialmente en los procesos de planificación y de toma de decisiones, de búsqueda de alternativas y de mejora del entorno. Estos objetivos pueden alcanzarse fomentando experiencias que sean, en sí mismas, educadoras y enriquecedoras; creando espacios de reflexión y debate; implicando a la gente en actuaciones reales y concretas; estimulando procesos de clarificación de valores, de adopción de decisiones negociadas y de resolución de conflictos.

En otro orden de ideas, dentro de las estrategias educativas indígenas más significativas, está la interacción entre la persona que aprende y la que enseña; en esa convivencia educadora, se aprende principalmente “mirando hacer”, no se enseña explicando; la acción no esta en el verbo, sino en el acto, en la manifestación, de ahí que en el mundo comunitario se aprende y enseña haciendo, se construye desde las experiencias. Para Gómez, M. M (2000) la paciencia y el silencio son cualidades que tienen su origen en la memoria histórica y van conformando la disciplina del aprendizaje indígena, el aprendizaje de lo necesario. Ante estos señalamientos refiere el sentir de las personas que por situaciones de trabajo hemos estado en las comunidades.

El sentido común juega un papel decisivo en las formas culturales que caracterizan la socialización y el sentido de pertenencia comunitaria, ya que permite valorar el significado útil de las cosas. Para enseñarse se requiere saber estar ahí, sentirse parte del proceso comunitario; se requiere paciencia, disposición y una buena dosis de sentido colectivo que estimule la experiencia. Los saberes útiles pasan a ser patrimonio de la comunidad y de quién se enseña, se espera que regrese ese saber a su comunidad.

Apoyando lo anterior, Enrique Leff (2002:274) puntualiza sobre la educación ambiental que conlleva una nueva pedagogía, y surge de la necesidad de orientar la educación dentro del contexto social y en la realidad ecológica y cultural donde se sitúan los sujetos y actores del proceso educativo, continúa argumentando…

Una pedagogía del ambiente implica enseñanzas que se derivan de las prácticas concretas que se desarrollan en el medio; pero también comenta que no deben conducir a un empirismo y pragmatismo, sino a valorizar la necesaria relación entre teoría y praxis. La inscripción de los principios de esta nueva racionalidad en la construcción de un nuevo saber y en los procesos de aprendizaje, vinculados a una concepción de la realidad, son materia de una pedagogía ambiental. Ello lleva a internalizar los principios y valores ambientales en los contenidos y prácticas del proceso educativo.

Es así que la educación ambiental, se ha concebido como una estrategia que genera en las personas y en las sociedades cambios significativos de comportamiento y resignificación de valores culturales, políticos, sociales, económicos, ecológicos, promueve la adquisición de hábitos, conocimientos, actitudes, con el fin de reestablecer las condiciones de interacción hombre-hombre y hombre-naturaleza. Finalmente alcanzar una convivencia armónica entre seres humanos con su ambiente. Convivencia que los pueblos indígenas han experimentado a través de su historia.

En función de lo anterior parto de que para mi la educación ambiental es el proceso continuo y permanente de enseñanza-aprendizaje por el que transita o debe transitar todo ser humano, que le permita un desarrollo integral y armónico en relación al contexto natural o construido en el que se encuentre, mediante una inserción conciente y comprometida socialmente y que busca una transformación de la realidad para su bienestar y beneficio, así como para la sociedad del cual forma parte promoviendo un cambio de actitud ante la vida.

Ante este panorama la educación comunitaria entorno a lo ambiental juega un papel muy importante para alcanzar los objetivos trazados; ya que estos procesos de educación y formación habrán de permitir una participación más activa y efectiva en la solución de problemas ambientales y la reorientación del manejo de los recursos naturales hacia un desarrollo sustentable[7].

El concepto de sustentabilidad[8] se funda en el reconocimiento de los límites y potencialidades que tiene la naturaleza, así como la complejidad ambiental, y con ello inspirar una nueva comprensión del mundo para enfrentar los desafíos de la humanidad. Promueve una alianza naturaleza-cultura fundando una nueva economía, reorientando las potenciales de la ciencia y la tecnología o construyendo una nueva cultura política fundada en una ética de la sustentabilidad –en valores, creencias, sentimientos y saberes- que promuevan los sentidos esenciales, los modos de vida y las “nuevas formas de habitar el planeta tierra”.

Así mismo, nos refiere Manchineri (2002) sobre la ética para la sustentabilidad, que es una ética de la diversidad donde se conjuga el “ethos”.

El Ethos de un pueblo es el tono, el carácter y la calidad de vida, su estilo moral y estético; la disposición de su ánimo, se trata de la actitud subyacente que un pueblo tiene ante si mismo y ante el mundo que la vida refleja. Su cosmovisión es su retrato. Es su concepción de la naturaleza, de la persona, de la sociedad .Goentz, (1991:118)

De acuerdo a esto, la ética para la sustentabilidad comprende el volver a crear los saberes ancestrales y la generación de nuevos saberes, capaces de comprender las complejas interrelaciones entre la sociedad y la naturaleza. Luego entonces, “el saber ambiental” reenlaza los vínculos indisolubles de un mundo interconectado de procesos ecológicos, culturales, tecnológicos, económicos y sociales. Este cambia la percepción del mundo basada en un pensamiento único unidimensional, que se encuentra en la raíz de la crisis ambiental (idem)
Si tomamos como referencia una de las primeras definiciones de educación ambiental (Seminario Internacional de Educación Ambiental de Belgrado, 1975) se observa que los objetivos que ésta pretende se basan en "Lograr que la población mundial tome conciencia sobre el medio ambiente en el que vive y se interese por él y sus problemas y que adquiera los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivaciones y comportamientos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales y para prevenir los que pudieran aparecer en lo sucesivo."

Por ello cabe mencionar, que la educación ambiental parte de un juicio y una toma de postura concreta basada en la idea de que la sociedad actual en la que vivimos se enfrenta a una serie de problemas o retos ambientales que necesitan de una urgente intervención social. Las diferentes actuaciones educativas que deseamos llevar a cabo en educación ambiental deben plantearse tomando como punto de partida el análisis de esos problemas ambientales más próximos e inmediatos al individuo para que éste se implique de forma directa en la solución de estos problemas. La educación ambiental no va a tener el mismo peso y orientación en estas alternativas y va a desempeñar tareas muy diferentes en función de los colectivos o instituciones que la promuevan.

De ahí que se debe buscar provocar experiencias significativas en los oyentes y/o educandos bajo un proceso participativo, fundamentándose sobre una base conceptual ambiental que proporcione comprensión sobre los procesos y nexos existentes en el ambiente. Por tal razón resulta necesario que los programas educativos ambientales, no solo deban enfocarse sobre los medios, sino establecer los fines e identificar los mensajes (y por lo tanto los contenidos) de esos programas.

Esta ideas quizá apunte al reencuentro de la educación ambiental con su base ambiental, pero no como un simple aprendizaje de conceptos, sino como forma de darle significado a la vida y a la acción humana. Álvarez, A. I (2002). Quizá sea necesario empezar a decir que la educación ambiental deberá “educar para pensar ambientalmente y actuar socialmente” Las comunidades tienen que ser estimuladas de una manera que construya sobre lo que tienen –incluyendo sus conocimientos, sus habilidades y las competencias que han adquirido a través de generaciones
Por ello convencida de que la educación ambiental es un proceso continuo y permanente de enseñanza-aprendizaje por el que transita o debe transitar todo ser humano, que permite un desarrollo integral y armónico en relación al contexto natural o construido en el que se encuentre, mediante una inserción conciente y comprometida socialmente y que busca una transformación de la realidad para su bienestar y beneficio así como para la sociedad del cual forma parte, considero que el proyecto por el que apuesto mi grado académico, será un elemento que me permita confirmar que para grandes males hay grandes soluciones y esta solución está en la educación ambiental.

Metodología
Este anteproyecto planea estructurar su participación a nivel campo utilizando la investigación participativa (Diagnóstico Participativo), tanto para identificar los problemas como las alternativas de solución. Este método se aplica para obtener datos y para analizarlos y al mismo tiempo involucrar la población local.

Al utilizar los métodos participativos se asume que cualquier esfuerzo orientado a revertir los procesos de degradación o a la recuperación de recursos naturales –o el manejo sustentable de ellos- resulta inseparable de la intervención activa de la población local. La investigación participativa permite la apropiación efectiva por parte de la gente del proyecto mismo y de sus resultados y al mismo tiempo desarrolla la capacidad local para encarar problemas. La participación en la obtención de la información y en las decisiones relativas a la intervención, facilita la participación en la ejecución de acciones previstas en el proyecto.

La metodología a utilizar para este proyecto de divide en dos fases I) de escritorio y II) en campo. La primera contempla dos momentos: a) fase heurística que será de tipo documental donde se procede a la búsqueda y recopilación de las fuentes de información que pueden ser de muchas características y de diferente naturaleza como: anuarios, monografías, artículos, investigaciones aplicadas, filmaciones, trabajos especiales, entre otros y b) segundo momento fase hermenéutica; de las fuentes de tipo documental se leerá, se analizará, se interpretará y clasificará de acuerdo con la importancia que reviste el trabajo, para categorizar el análisis (ver diagrama siguiente)


Una segunda fase fundamentada en el Diagnóstico Participativo es un método que permite identificar los problemas de la comunidad y planificar actividades para su solución con la participación de la comunidad, Dado que el DPA se hace en y con la comunidad misma, se basa en información lo más cercana y directa posible a la realidad local, que incluye su cosmovisión, el conocimiento local, sus valores culturales y sus necesidades Esta metodología participativa permite en una forma rápida y sistemática la:

Descripción y análisis de la comunidad y su contexto
Identificación de problemas y potenciales soluciones
Programación de actividades para la ejecución de proyectos.

Las dos primeras áreas permiten describir y analizar desde el punto de vista de la comunidad las características y condiciones de la misma, incluyendo la identificación de sus problemas y potenciales soluciones. Esto facilita la identificación, preparación y diseño de proyectos comunitarios que viabilicen la autogestión y el desarrollo sustentable, basados en su realidad y en los criterios propios de sus habitantes.

Permite una sistematización que proviene de la memoria colectiva y tradición oral de la comunidad, los cuales son “sacados a flote” colectivamente y sistematizados “en el papel”, esto hace posible recuperar y reconstruir “la historia” de la comunidad. El dibujo simbólico constituye un medio útil para que los portadores del conocimiento tradicional expresen su visión holística sobre los procesos naturales y logra profundizar el rescate con aclaraciones posteriores. Además la recuperación del conocimiento tradicional supone observación directa de las distintas prácticas de manejo de los recursos naturales durante todo el ciclo anual.

Toda intervención socio ambiental tiene cuatro fases fundamentales estrechamente conectadas, que en algunos casos se superponen: la identificación de problemas y de las alternativas de solución, la planificación de acciones o diseño del proyecto, la ejecución o gestión del proyecto con el que se busca validar las soluciones propuestas y su evaluación o validación


Etapas del trabajo

1. Búsqueda de información aspectos teóricos y empíricos de educación, educación indígena, saber ambiental, alfabetización, …

2. Análisis de datos

3. Desarrollo del marco teórico-empírico para sustentar la propuesta.

4. Desarrollo del diagnóstico participativo de acuerdo a las características, necesidades y potencial de las mujeres indígenas de amuzgo, Oaxaca y a sus saberes sobre la problemática ambiental.

5. Análisis de los datos arrojados en el diagnóstico y ajuste de éstos con la contribución teórica conceptual y empírica.

6. Diseño de la propuesta del programa de educación ambiental

7. Implementación del programa de educación ambiental.

8. Análisis y reflexión de los resultados.

9. Evaluación de la propuesta y conclusiones.

10. Reajustes al documento con base en la evolución

11. Redacción final del proyecto de investigación.

12. Dar a conocer los resultados


Estoy conciente de que con este trabajo de investigación no voy a demostrar algo que no se sepa hipotéticamente sobre la relación que existe entre el saber tradicional de las comunidades indígenas y el saber ambiental. Lo que si puedo apostar es que no hay investigación alguna que demuestre este supuesto para la comunidad de la Cuadrilla Guadalupe Amuzgo, Oaxaca, Si bien esta propuesta pudiera tener alguna virtud, sería en cuestión de una intervención educativa no formal para las mujeres indígenas, que permita fortalecer la cultura ambiental en esta comunidad, como elemento de transformación y alternativa sustentable de desarrollo.

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* Pasante de la Maestría en Educación con campo en Educación Ambiental de la UPN095 Azcapotzalco.
[1] Chuecas Cabrera A. Lo cultural y lo político en los procesos de globalización (en línea)
[2] Informe final Proyecto “Mujeres indígenas de Oaxaca” Organización Internacional del trabajo, Instituto Cultural Iberoamericano y Federación de Pueblos Mixtecos (LL-T-A) 1989-1992 Oaxaca México.
[3] Conferencias dictadas por diferentes especialistas como parte del programa del Seminario de Investigación a cargo del Maestro Miguel Ángel Arias Ortega. Maestría en Educación con campo en educación ambiental 2004-2006, en la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 095.
[4] Como nos menciona Nolasco, A.M. (1987) “La mujer indígena” en Mujeres, México Indígena INI México : La participación de la mujer en el desarrollo de México está presente en todo lo que el mundo indígena significa para el país. Sin la colaboración de ella, la agricultura y el peonaje indígena no podría existir. Tiene dos funciones, por un lado es la reproductora y la conservadora de la fuerza de trabajo y por el otro ella misma es la fuerza de trabajo. Ello la hace ser la depositaria de todos los SABERES del mundo indígena; sui participación en el desarrollo del campo mexicano, no puede pasarse por alto.
[5] Entre los resultados del enfoque productivista de la agricultura, se expresan, junto con la generación de variedades mejoradas más rendidoras, también una mayor incidencia de plagas y enfermedades, contaminación del medio, erosión edáfica, genética y cultural. Aunque, las variedades mejoradas de maíz, a 50 años de Revolución Verde, solo se siembran en el 20 por ciento de la superficie destinada a este cultivo, por lo que importa cada vez en mayores volúmenes principalmente de los Estados Unidos (Baldovinos, 2003). Bajo esta visión, no se consideran los desechos y los daños ambientales (Molina, 1997). Las tecnologías generadas en este enfoque, se convierten en mercancías que se venden para intensificar la explotación de los recursos bajo la lógica del costo beneficio (Gómez et al., 1998).

[6] Lo que se ha dado en llamar “conocimiento tradicional” según Boege Eckart en “Protegiendo lo Nuestro”: manual para la gestión ambiental comunitaria y conservación de la biodiversidad de los campesinos indígenas de A.L.” México: INI, PNUMA; CONABIO, SEMARNAT, ONU, Fondo para el desarrollo de los Pueblos indígenas de A. L: 2000 pp.24. El conocimiento tradicional no solo representa los saberes actuales de los pueblos indígenas acerca de la biodiversidad que los rodea, y tampoco los conocimientos sobre cómo cuidarla y cómo utilizarla. Este conocimiento es mucho mas que eso: son saberes que forman parte del manejo de la biodiversidad misma, ya que ésta se transformó a través del tiempo con el manejo que los pueblos indígenas le dieron.
[7] En palabras de Pérez Pino Vilma (2003) el Desarrollo Sustentable se basa en un conjunto de principios que partes de la percepción del mundo como “una sola tierra” con un “futuro común” para la humanidad, orientando una nueva geopolítica fundada en “pensar globalmente y actuar localmente”; establecen el “principio precautorio” para conservar la vida ante la falta certezas del conocimiento científico y el exceso de imperativos tecnológicos y económicos; promueven la responsabilidad colectiva y equidad social, la justicia ambiental y la calidad de vida de generaciones presentes y futuras.
[8] Sebastiao Ají Manchineri (2002:209-216) “Sustentabilidad humana y ética desde el punto de vista de los pueblos indígenas

Un día más con vida de Kapuscinski: Álbum de fotografías verbales sobre la independencia de Angola



Armando Meixueiro Hernández

La fotografía es una forma de representación que superó el realismo que algunos artistas pictóricos ambicionaban a finales del siglo XIX y principios del XX. Así, potenció la cultura visual que caracterizaría el siglo pasado y, de un modo inusitado, permitió el desarrollo de un periodismo gráfico que ha condensado en memorables instantáneas los principales eventos de esa época.

Tan sólo basta recordar las imágenes de la Revolución Mexicana que capturaron los Casasola, la iconografía de la Revolución Rusa, las inquietantes fotografías de las dos guerras mundiales y de prácticamente todas las batallas en la segunda mitad del siglo. Jamás olvidaremos, por ejemplo, la imagen del hongo atómico en Nagasaki, la inmortal foto del Che Guevara o la impactante fotografía de la niña desnuda que corre quemada por napalm en la guerra de Vietnam.

El periodismo, de ese modo, encontró en la fotografía el complemento idóneo para darle realismo y veracidad a la información. Kapuscinski sabía esto por lo que utilizando como cámara la escritura, aportó a la cultura contemporánea maravillosas fotografías verbales que develan la esencia de los conflictos humanos en los rincones más olvidados de nuestro planeta: Asia, Africa y Latinoamérica. En Un día más con vida (1976), considerada como una de sus mejores obras, he encontrado una entrañable fotografía verbal que enfoca en primer plano a una muchacha miliciana, Carlota, y que me recuerda la fascinante imagen que atrapó Alberto Korda de la joven militar en la revolución cubana.

En dicho libro Kapuscinski documenta los tres meses previos a la independencia de Angola en 1975. Entre otros relatos describe el momento en que, junto con unos reporteros portugueses, le piden al comandante del poblado de Benguela que los lleven al frente de batalla. El comandante accede y los envía con una escolta. Entonces Kapuscinski encuadra:

“Monti, queriendo hacernos agradable el viaje, nos asignó como escolta a un soldado muy especial, una muchacha llamada Carlota.


“Carlota apareció con una metralleta al hombro y aunque llevaba un uniforme de paracaidista demasiado grande, se podía adivinar que tenía buen tipo. […] A pesar de sus tan sólo veinte años, Carlota se había convertido ya en una leyenda. Dos meses antes, durante la insurrección de Huambo, lideró un pequeño destacamento del MPLA que se vio rodeado por una unidad, compuesta de mil efectivos, de UNITA. Supo romper el cerco y sacar de él a sus hombres. Las muchachas suelen ser magníficos soldados, mejores que los chicos, que a veces muestran en el frente comportamientos histéricos cuando no irresponsables. Nuestra muchacha era mulata, tenía un encanto indescriptible y –como nos pareció entonces— una gran belleza, aunque más tarde, cuando revelé sus fotografías, las únicas instantáneas que han quedado de ella, comprobé que no era tan bonita.” (1976: 68 y 69)

Con una mirada muy humana, Kapuscinski continúa y enfoca:

“Había nacido en Rosadas, no muy lejos de la frontera con Namibia. El año pasado había recibido instrucción militar en los bosques de Cabinda. Después de la guerra quería ser enfermera. Es todo lo que sabemos de esa muchacha que ahora va junto a nosotros en un coche con una metralleta sobre las rodillas y que –puesto que ya hemos agotado nuestro arsenal de bromas y por unos momentos se ha instalado la tranquilidad— se ha puesto seria, absorta en sus pensamientos. Sabemos que Carlota no será de Alberto, ni de Fernandes, pero aún no sabemos que ya no será de nadie.” (1976: 70)

Sí, Carlota se encontraría con la muerte ese día, pero no con el olvido porque Ryszard Kapuscinski la resucita con esa instantánea verbal: extraordinaria crónica poética.

En Angola, Kapuscinski no sólo quedó impresionado por Carlota, también lo impactaron los niños y jóvenes militares que abundaban en esta singular independencia. Veamos dos retratos verbales más:

Uno. El comandante Ndozi, un viejo militar del MPLA, le comenta a Kapuscinski: “El ejército que tengo a mi mando está formado por muchachos traídos de la calle directamente al frente. Deberían estar en la escuela, pero hemos cerrado las escuelas para tener un ejército, pues estamos obligados a defendernos. […] A mí me dan lástima estos muchachos porque deberían madurar leyendo y escribiendo, para construir ciudades y curar enfermos. Y, sin embargo, tienen que madurar para matar. Tienen que madurar para que en nuestro bando haya cada vez menos tiroteos a ciegas y en el otro, cada vez más muerte. ¿Qué otra salida nos queda en una guerra que no deseábamos?” (1976: 48)

Dos. Mientras soldados del MPLA interrogan a un prisionero: “El siguiente prisionero parece tener doce años. Dice que tiene dieciséis. Él sí sabe que es una vergüenza luchar en las filas del FNLA, pero a él le dijeron que si iba al frente, luego lo mandarían a la escuela. Y él quiere terminar la escuela porque quiere pintar. Si le dan papel y lápiz, dibujará algo enseguida. Puede hacer un retrato. Si tuviera aquí colores, pintaría un cuadro. También sabe esculpir, le gustaría enseñar sus esculturas, que se han quedado en Carmona. Pone en ello toda su vida, y le gustaría estudiar, y le dijeron que estudiaría si primero iba al frente. Él sabe que la cosa es así, que para poder pintar, primero tiene que matar, pero él no ha matado a nadie.” (1976: 53)

Otra serie de fotografías notables en este álbum de la independencia de Angola enfocan a un hombre de apellido Ruiz, “… un portugués vivaracho y simpático, piloto de un bimotor DC-3, el único avión que el MPLA tiene en Luanda. Es un aparato fabricado en 1943, con dos motores que escupen nubes de hollín, con las alas mil veces remendadas, unas ruedas gastadas y el fuselaje lleno de agujeros. Sólo Ruiz sabe cerrar la puerta de entrada (aunque no sin dificultad). Con este avión vuela noche y día; a decir verdad, está en el aire las veinticuatro horas. Ruiz vuela a Brazzaville a buscar municiones, luego a las ciudades sitiadas en los confines de Angola, para dejar allí cajas con balas y sacos con harina, y recoger –y llevar a Luanda— a los heridos graves. Si Ruiz no llega a tiempo, las ciudades tendrán que rendirse y los heridos morirán. En cierto sentido, el resultado de esta guerra descansa sobre sus hombros. Ruiz vuela a todos los rincones de Angola de memoria, pues los servicios de tierra no existen y ni siquiera sé si funciona la radio de su avión. A menudo, ni él mismo sabe en manos de quién se halla el aeródromo en el que está a punto de aterrizar. Ayer lo controlábamos nosotros, pero hoy tal vez ya esté bajo el control de los otros. Por eso, antes de tomar tierra, da varias vueltas por encima del aeropuerto. A veces reconoce a personas conocidas por sus meras siluetas y entonces reduce la altura y aterriza tranquilamente. Otras veces, sin embargo, ve cómo su avión es blanco de disparos y entonces da media vuelta y lleva a Luanda una mala noticia.” (1976: 125 y 126)

Así, después de leer este original álbum fotográfico de Ryszard Kapuscinski, nos queda una imagen realista y humana de los acontecimientos ocurridos alrededor de la independencia de Angola en 1975. No son las despersonalizadas noticias de una agencia internacional, ni las crónicas amarillistas de un noticiero televisivo. Tampoco se trata del registro frío de fechas y sucesos. Aquí, estamos frente a unas fotografías verbales que conmueven la razón. Estamos frente a narraciones visuales que racionalizan el alma y los sentimientos. Esa es la propuesta de Kapuscinski en Un día más con vida. Esa es su aportación al periodismo y la literatura. (Valdría la pena que algún grupo inteligente y creativo de estudiantes se interesaran en visualizar o documentar estas experiencias en cortometrajes o proyectos escolares).

Valdría la pena, también, mirar (leer) otras instantáneas verbales de este autor. Por ejemplo, algunas de sus obras que denuncian el poder: El emperador (1978), El Sha o la desmesura del poder (1982), El imperio (1993). O acercarnos al monumental álbum que muestra una Africa diversa y multicultural en Ébano (1998).

Vale la pena recordar a un periodista que capta la vida, la paz y la esperanza en un mundo convulsionado por el poder, la guerra y la muerte.

Bibliografía
KAPUSCINSKI, Ryszard. (1976) Un día más con vida. Barcelona, Anagrama, 2003. 182pp.