30 de marzo de 2008

Editorial (Núm. 172, abril-junio 2008)


En esta edición de Caminos Abiertos nos congregan dos eventos importantes: un breve Homenaje luctuoso al poeta mexicano más destacado del siglo XX, Octavio Paz, y algunas reflexiones sobre la lectura.

El Premio Nobel de literatura mexicano falleció hace una década, el 19 de abril de 1998. Su obra es conocida internacionalmente. Pensadores de la talla de Jurgen Habermas y Gilles Lipovetsky hacen mención de este gran escritor en sus libros. La lectura de sus ensayos y poemas es tarea obligada para cualquier docente que se precie de serlo. De este modo, dos textos nos invitan a conocerlo: “Octavio Paz: la vida del árbol” de José Antonio Forzán y “Aunque el cántaro se ha roto el agua resiste y se rebela” de Armando Meixueiro.

Por otro lado, abordaremos aristas de uno de los problemas centrales en el sistema educativo nacional: la lectura. El artículo de Margarita Berenice Gutiérrez y María del Carmen Villanueva nos presenta una propuesta didáctica de adquisición de la lecto-escritura a través de la Educación Ambiental. Silvia Chávez y Gerardo Ortiz nos invitan a reflexionar en la lectura desde un enfoque neuropsicológico y neurolingüístico. Y el cuento “La ametralladora” de Angélica Jiménez nos lleva por los embrollos fantásticos de una niña que lee con obsesión desmesurada.

Completamos este número con dos textos: uno de Rafael Tonatiuh Ramírez titulado “Alfabetizando ambientalmente: Construyendo un modelo de educación y comunicación para la sustentabilidad” y un poema de María Celeste Vargas, que interroga con una conciencia crítica ambiental “¿Quién lo hará?”

En esta edición incluimos imágenes de Remedios Varo como adelanto de su centenario que se conmemora el 16 de diciembre de este año.

Octavio Paz. La vida del árbol

José Antonio Forzán·

“... nosotros hemos perdido, sin perderlo, a nuestro Octavio,
porque los poetas no mueren, quedan encantados.”
- Gonzalo Rojas


Dicen que el único libro que olvidó escribir Octavio Paz fue su autobiografía. Es cierto que gran parte de su obra, por no decir toda, tiene tintes de recuerdos que se mueven por el pensamiento del autor, de forma altamente codificada, pero el recuento de sus días está tan atomizado que el lector tiene que hacer un esfuerzo para armar el rompecabezas.

Sin embargo, para consuelo de sus lectores, Octavio Paz ha sido retratado en varias biografías. En su mayoría, dando brillo a la siempre luminosa figura de El Padrino de la Intelectualidad Mexicana del siglo XX. La entrevista a profundidad elaborada por Braulio Peralta y la interesante pero trunca Poeta con paisaje de Guillermo Sheridan, se complementan a bien con la más legible de todas, la escrita por su querida Elena Poniatowska bajo el título de Octavio Paz. Las palabras del árbol. Sobre este último, versará el siguiente artículo.

El libro es un gran homenaje a quien impulsó a Elena Poniatowska en el mundo intelectual. Octavio y Elena, a pesar del problema que tuvieron a principios de los ochenta, han estado unidos en la historia de la literatura mexicana. Él es el gran maestro y ella una gran alumna.
La historia, contada a manera de reportaje y collage, comienza precisamente cuando Poniatowska se ve sorprendida por la poesía de Paz. El árbol la contagia de su ramaje y es atrapada sin escapatoria posible. Este primer contacto a través de la palabra impresa, fue reforzado en múltiples ocasiones por las reuniones que mantuvieron los dos escritores, algunas veces como divertimento, otras tantas como entrevistas realizadas por Poniatowska y otras tantas como cátedras dictadas por Paz.

La escritora de Lilus Kikus recuerda y recopila toda la información fruto de estas reuniones y así navega la vida y el pensamiento del poeta mexicano. Sin hacer un recuento cronológico exhaustivo, Elena presenta a su maestro viéndolo y amándolo, como si fuera el árbol protector.

Octavio Paz Lozano nació en la ciudad de México el 31 de marzo de 1914. A los pocos meses de nacido, su padre se une a las tropas de Emiliano Zapata, por lo que el futuro poeta viaja con su madre a Los Ángeles y permanece allí dos años. Este viaje lo marcó para siempre.
A su regreso a México, vive en casa de su abuelo, rodeado por árboles, libros de historia y de literatura mexicana. Irineo Paz, como se llamaba su abuelo, era un escritor y un periodista liberal quien, a juicio de Miguel Ángel Granados Chapa, combatía los regímenes autoritarios con su pluma en los periódicos Sancho Panza y El Payaso, lo cual dejó una profunda huella en la personalidad y en la obra de su nieto.

Entre 1921 y 1922, Octavio Paz escribe su primer poema. Dos años después, muere su abuelo, el poeta queda sin dirección intelectual hasta que en 1929 conoce a José Bosch, un catalán tres años mayor y que lo involucra en las lecturas de autores liberales.

Al poco tiempo, Paz ingresa en la Escuela Nacional Preparatoria, donde lee a Freud, Eliot, Saint-John Perse, Kafka, Faulkner, Proust, Válery, Borges, Neruda y André Malraux.

“En San Ildefonso -recuerda Paz- no cambié de piel ni de alma: esos años fueron no un cambio, sino el comienzo de algo que todavía no termina, una búsqueda circular y que ha sido un perpetuo recomienzo: encontrar la razón de esas continuas agitaciones que llamamos historia.”
El 2 de agosto de 1931, el mundo conoce la poesía de Octavio Paz a través del poema Caballería, que se imprime junto a su primer ensayo, Ética del artista, en el periódico El Nacional. Ese mismo año, conoce a Efraín Huerta y a Carlos Pellicer, con quienes tendrá una amistad provechosa. También se acerca a la obra de Villaurrutia, Cuesta, Novo y Gorostiza, quienes, según Paz, le “abrieron los ojos” al descubrirle la poesía moderna; su defensa a los contemporáneos le valdrá la crítica de otros miembros de su generación años más tarde.
En 1933 publica Luna silvestre, serie de poemas que reflejan una adolescencia dramática, desdichada. Este poemario le gana una crítica de Rafael Alberti:
“En lo que escribes -le de dice al joven Octavio- hay una búsqueda de lenguaje y por eso, en el fondo, tus poemas son (...) revolucionarios (...). Tú te propones explorar un territorio desconocido -tu propia intimidad y no pasearte por parajes públicos en donde no hay nada que descubrir.”
Tres años después, el 8 de marzo de 1936, muere su padre en una estación de ferrocarril en Los Reyes, La Paz, en condiciones obscuras y dolorosas para el joven. Octavio abandona sus estudios universitarios (en las facultades de Derecho y de Filosofía y Letras de la UNAM) así como la casa familiar. Fue su primera salida. Recuerda Paz:
“Aunque terminé mi educación universitaria, me rehusé a presentar la tesis. Me negué a convertirme en abogado. Yo sólo quería ser poeta y, aunque parezca extraño, poeta revolucionario.”
En 1937, tras varias disputas que merecerían un recuento dramático y telenovelesco, se casa con Elena Garro. Poniatowska afirma que Paz platicaba más con su suegro que con su novia, aunque Sheridan no le confiere crédito a dicha idea. Ese mismo año aparece el libro Raíz del hombre, y Paz es adoptado por el grupo de los Contemporáneos apadrinado por Xavier Villaurrutia y Jorge Cuesta, además de que se ve obligado a viajar a Mérida, Yucatán, para fundar una escuela secundaria para hijos de trabajadores.
Asimismo, es invitado al Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas en España y Francia (Elena Poniatowska narra este hecho con mayor profundidad en Finísima, mientras que Sheridan dará cuenta de las disputas entre miembros de la izquierda en dichos momentos). Durante la Guerra Civil Española, Octavio Paz y Elena Garro permanecen en Madrid, donde publica Perfil del hombre y No pasarán y donde conoce a André Malraux, Luis Cernuda y Juan Gil-Albert.
“Mis impresiones más profundas y duraderas de aquel verano de 1937 -afirma Paz- no nacieron del trato con los escritores. Me conmovió el encuentro con España y con su pueblo: ver con mis ojos y tocar con mis manos el mundo que desde mi niñez conocía por mis lecturas y por los relatos de mis abuelos; trabar amistad con los poetas españoles y ante todo, el trato con soldados, campesinos, obreros, maestros.”
Cuando regresa a México, realiza diversos trabajos de propaganda en favor de la República Española y participa en la fundación del periódico El Popular, órgano de la izquierda mexicana. Sale de esa publicación porque le piden que escriba que Trotski apoya a los nazis. Paz se niega, pues ya conoce las atrocidades soviéticas y se distancia de los comunistas a la mexicana. Sin dinero, se ve obligado a trabajar como contador de billetes viejos en el Banco de México.
Dos años después, llegan a México los republicanos españoles desterrados y Paz invita a Juan Gil-Albert, Ramón Gaya, Antonio Sánchez, Bartudo Lorenzo Varela, José Herrera Petere y Juan Rejano. Ese año Paz recibe también una grata sorpresa: nace su única hija Laura Elena, a quien apoda “La Chata” y con quien pasa momentos tiernos entre los juegos, el circo y la educación intelectual.
Las diferencias con Pablo Neruda resaltaron en 1940 cuando el chileno se niega aparecer en una antología de poesía moderna porque difería estilística y políticamente con Paz y no simpatizaba con sus amigos.
La vida de Octavio Paz continúa. Al recibir la beca Gughenjeim en 1943, realiza otro viaje que lo redefine.
“Vivir en los Estados Unidos durante la guerra fue tonificante. Tiré la política y sus debates al cesto y me sumergí en la poesía. No conocía a nadie. Cuando terminó la beca me encontré sin dinero y cerca de la miseria. Pero era feliz. Fue uno de los periodos más felices de mi vida.”
Así, sin liquidez en la bolsa, se emplea como profesor y como doble de películas en San Francisco, donde vivió en el sótano de un hotel.
Su estilística da un giro en 1945 cuando se topa con Robert Frost en Nueva York y se encuentra con el existencialismo de Albert Camus. En París, sirviendo como diplomático, se adentra en el surrealismo de André Bretón y cultiva la amistad de Bioy Casares, Julio Cortázar y Roberto Malta.
Entre 1949 y 1950, escribe ¿Águila o sol?, Libertad bajo palabra (que reúne su poseía de 1935 a 1938) y El laberinto de la soledad, libro considerado como una pieza maestra del pensamiento mundial y que Paz después echará por tierra.
Continuando sus viajes diplomáticos, en 1952 visita el oriente por primera vez y escribe Mutra, impactado por las ciudades hindúes. Un año después, cuando regresa a México, se encuentra con una nueva sorpresa: en la ciudad hay una nueva generación de escritores encabezados por Juan Rulfo, Carlos Fuentes José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y la propia Elena Poniatowska.
El grupo de jóvenes pertenecientes al Boom Latinoamericano, tienen a Paz como maestro, guía y sombra para las reuniones. Bajo la creencia de que un poema no leído es sólo medio poema, funda junto con Leonora Carrington, Juan Soriano y Juan José Arreola el grupo Poesía en Voz Alta y colabora en la Revista Mexicana de Literatura.
Su obra poética más importante, Piedra del Sol, la realiza entre 1956 y 1957. Es un poema extenso y maravilloso, cuyos 584 versos emulan al ciclo de Venus y están basados en el calendario azteca, cargados de erotismo, magia y riqueza de lenguaje. En la vida familiar, se divorcia de Elena Garro, a quien Octavio Paz había impulsado dentro del mundo literario para que escribiera sus maravillosos cuentos y su incomparable Recuerdos del porvenir; algunos dejos de su matrimonio se encuentran en Mi vida con la ola.
Paz viaja a París en 1959, donde se reencuentra con los surrealistas, además de conocer a su llama complementaria, Marie-Jo. El día que la conoce, según el propio Paz, es el más importante de su vida. El amor lo hace prisionero y así, envuelto por la mirada de la francesa, es nombrado Embajador de México en la India en 1962. Su estadía en el oriente lo marca de manera clara.
“La India nos enseñó a Marie-Jo y a mí -dice Paz-, la existencia de una civilización distinta a la nuestra. Y aprendimos no sólo a respetarla, sino a amarla. Aprendimos sobre todo a callarnos.”
Mientras vive en el oriente, publica Salamandra, Puertas al campo, Blanco (poesía sinfónica) y Corriente Alterna, además de que ingresa al Colegio Nacional. Sin embargo, en 1968, Paz renuncia a su cargo diplomático debido a la matanza del 2 de octubre. Un año más tarde, aparece la segunda parte de El laberinto...: Posdata. (Hasta aquí queda la entrega de Guillermo Sheridan, por desgracia.)
Entre sus protestas y propuestas, en 1971 funda la revista Plural que aparece en las páginas del periódico Excélsior de Julio Scherer, marcando así un antes y un después en la cultura mexicana. Debido al golpe contra Excélsior, el poeta abandona el periódico en un acto de solidaridad.
Para continuar la labor editorial que comenzó en Plural, Octavio Paz funda la revista Vuelta. De entre sus múltiples y ricas páginas, un artículo firmado por Enrique Krauze, provoca un conflicto entre Paz y Carlos Fuentes que nunca se pudo resolver.
Un año más tarde, Octavio Paz recibe el Premio Nacional de Literatura y polemiza con Carlos Monsiváis sobre la naturaleza del llamado socialismo real y la crítica del régimen de Fidel Castro. Para Poniatowska, Monsiváis ha sido el único que ha logrado debatir con Paz de manera enriquecedora para el pensamiento universal. Fue el debate entre las “ocurrencias” y las “ideas”.
Octavio Paz es condecorado en 1981 con el Premio Cervantes de Literatura y un año después ve la luz el libro Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. El texto resulta fundamental para el estudio de la literatura, la mística y la historia mexicana.
Las críticas que Paz realiza contra los sistemas totalitarios y socialistas, provocan que en 1984 se queme en el Paseo de la Reforma la efigie del poeta. Sin lugar a dudas, Octavio Paz ha sido víctima y provocador de un sin fin de ataques, tanto por sus ideas como por sus apariciones en Televisa. Muchos han sido sus detractores y también sus reconocimientos, sin embargo, la obra del poeta redime cualquier maltrato al hígado.
Es así como en 1990 Octavio Paz recibe el Premio Nobel de Literatura, evento que se ve obscurecido por el distanciamiento del escritor Mario Vargas Llosa.
Un año después, Paz es condecorado con el Premio Príncipe de Asturias. Por su parte, el Fondo de Cultura Económica celebra el 80 aniversario del poeta publicando sus Obras Completas en 12 tomos. Mientras el mundo lo celebra, Paz escribe Itinerario, La llama doble, Vislumbres de la India y Un más allá erótico, además de reeditar su poema Blanco.
En 1996, se celebran los 20 años de la revista Vuelta, pero Octavio Paz no ríe por mucho tiempo ya que gran parte de su departamento y de su biblioteca son consumadas debido a un incendio provocado por un corto circuito. Octavio Paz, enfermo, vive entre hospitales y hoteles.
Para despertarle una pequeña sonrisa, se anuncia la creación de una Cátedra Extraordinaria en su honor dentro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. A finales de 1997, el presidente Zedillo establece la Fundación Octavio Paz en Coyoacán (misma que será desmembrada por la personalidad de su viuda y los intereses del patronato que fundarán posteriormente la Fundación para las Letras Mexicanas). Durante la inauguración aparece el poeta ya muy delicado de salud, pero lúcido mentalmente. Mientras los regalos y los homenajes mundiales llegan a sus pies, Octavio descubre su simpatía por la caricatura de Los Simpsons.
Así, con una monumental obra, ganador de todos los premios posibles para un poeta y ensayista de habla hispana, Octavio Paz muere el 19 de abril de 1998 en la casa que lo albergó los últimos días, ubicada en la calle de Francisco Sosa 383, Coyoacán.

A diez años de la muerte del poeta, ensayista, dramaturgo, crítico, cacique, luchador y otras tantos apelativos que le pueden otorgar, Octavio Paz sigue vibrando en el corazón de los lectores. Un concurso nacional organizado por la Universidad Anáhuac México Norte, le brinda homenaje todos los años. También un poeta, como Gonzalo Rojas o José Emilio Pacheco, se llevan sendas sumas monetarias por ser considerados como sus herederos. Sus libros, mal que bien, se siguen leyendo en preparatorias, licenciaturas y posgrados. Sus traducciones están en todo el planeta; el mundo rumano, como simple objeto, le otorga prioridad a sus escritos. Su nombre es marca y consigna, tradición y ruptura.
Octavio Paz sigue siendo el árbol de letras a cuya sombra aún nos amparamos.

· Coordinador del Concurso Nacional de Expresión Oral y Escrita “Octavio Paz”. Universidad Anáhuac México Norte.

Aunque el cántaro se ha roto, el agua resiste y se rebela: Aproximación a la poesía de Octavio Paz

Armando Meixueiro Hernández*

Y mi pensamiento que galopa y galopa y no avanza, también cae y se levanta
y vuelve a despeñarse en las aguas estancadas del lenguaje.
“¿No hay salida?” Octavio Paz.

El poeta Octavio Paz murió el 19 de abril de 1998. Este año se cumple una década de que su voz terrenal y su presencia fueron silenciadas por el verdugo implacable de la estación violenta. Sin embargo, su obra ha trascendido el tiempo nublado y se erige, eterna, incesante, inmortal, como piedra de sol.

Por desgracia, lo más conocido de Paz no es su poesía, deslumbrante árbol que continúa creciendo adentro, allí, en las entrañas de la frente, las venas y el cuerpo de esta extenuada humanidad. El cántaro se ha roto al borde de la fuente pero el agua resiste y se rebela, alto surtidor que el viento arquea, ola que en un instante se esculpe y en otro se desmorona… pero que avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre:

Me parece que lo más leído, El laberinto de la soledad ha sufrido un desgaste inaceptable al recrearse sólo como un simple tratado psicológico del mexicano y lo mexicano. Deberíamos dejarlo reposar bajo su clara sombra, en tenso aprendizaje de lucero.

¿Y por qué un ensayo como El arco y la lira se ha quedado en los estantes del olvido? Nos hemos perdido de un banquete poético, elaborado con suculentos platillos de oriente y occidente, sazonados con la exacta sal de racionalidad y con la justa pimienta de elocuencia. Poema en prosa que es poesía. Prosa poética que es poema. Algunos bocadillos a continuación:

“El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser otro y lo separó del mundo natural. El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo al crear el lenguaje. Por la palabra, el hombre es una metáfora de sí mismo.” (Paz, 1956: 34)

“El poema es lenguaje en tensión: en extremo de ser y en ser hasta el extremo. Extremos de la palabra y palabras extremas, vueltas sobre sus propias entrañas, mostrando el reverso del habla: el silencio y la no-significación.” (Paz, 1956: 111)

“El poeta canta al canto. Mas el canto es comunicación. Al monólogo no puede suceder sino el silencio, o una aventura entre todas desesperada y extrema. La poesía no encarnará ya en la palabra sino en la vida. La palabra poética no consagrará a la historia, sino que será historia, vida.” (Ibid.: 231)

El ensayo El arco y la lira merece mejor fortuna como lo demuestran las perlas anteriores. ¿Y qué decir de otros ensayos comparables a éste? Pienso en algunos como Los hijos del limo (1974), El mono gramático (1974) o La llama doble (1993).

En El mono gramático Paz despliega una reflexión que es una preocupación constante en su obra: la relación entre lenguaje y realidad, entre palabra y pensamiento, entre signo y garabato. ¿Cómo es que el lenguaje puede explicar, describir, comprender lo que percibimos?

“el árbol, no es el nombre árbol, tampoco es una sensación de árbol: es la sensación de una percepción del árbol que se disipa en el momento mismo de la percepción de la sensación de árbol;
“los nombres, ya lo sabemos, están huecos, pero lo que no sabíamos, o si lo sabíamos, lo habíamos olvidado, es que las sensaciones son percepciones de sensaciones que se disipan, sensaciones que se disipan al ser percepciones, pues si no fuesen percepciones ¿cómo sabríamos que son sensaciones?
“sensaciones que no son percepciones no son sensaciones, percepciones que no son nombres ¿qué son?” (Paz, 1974: 50)

Y Paz arremete de nuevo, intentando explicar aquella experiencia de mirar un árbol desde la ventana en un jardín de Cambridge:

“el árbol que digo, no es el árbol que veo, árbol no dice árbol, el árbol está más allá de su nombre, realidad hojosa y leñosa: impenetrable, intocable, realidad más allá de los signos, inmersa en sí misma, plantada en su propia realidad: puedo tocarla pero no puedo decirla, puedo incendiarla pero si la digo la disipo:” (Ibid.: 52)

Con excepcional maestría, Octavio Paz se debate entre la realidad y el lenguaje. Vuelve a despeñarse en la infinita cascada de las letras. Intenta resumir en signos la existencia. Pretende existir en el laberinto de las palabras: búsqueda, batalla y reconciliación.

Paz, explorador del lenguaje, guerrero del pensamiento, no se cansó de escudriñar los rincones más inaccesibles de este continente misterioso que es el habla. Su poesía da testimonio irrevocable de esa imperiosa misión. Tal vez el título que recopila su obra poética de 1934 a 1957 da fe de lo que afirmo: Libertad bajo palabra.

Veamos que nos dice ahí:

“Palabra, voz exacta
y sin embargo equívoca;
oscura y luminosa;
herida y fuente: espejo;
espejo y resplandor,
resplandor y puñal,
vivo puñal amado,
ya no puñal, sí mano suave: fruto.” (Paz, 1960: 31)

Paz estira los términos en el poema de extremo a extremo para darnos un nuevo significado que se congela en fruto. Su búsqueda es incesante porque el lenguaje se transforma en espejo y, entonces, las preguntas se revierten:

Cuando sobre el papel la pluma escribe,
a cualquier hora solitaria,
¿quién la guía?
¿A quién escribe el que escribe por mí,
orilla hecha de labios y de sueño,
quieta colina, golfo,
hombro para olvidar al mundo para siempre? (Ibid.: 66)

Y esta búsqueda, esta cavilación sobre el poeta y el poema, sobre el creador y lo creado, desemboca en majestuosos versos que encontramos en el poema “¿No hay salida?” y en unas coplas admirables de “El río”:

“detenerme, callar, cerrar los ojos hasta que brote de mis párpados una espiga, un surtidor de soles,
y el alfabeto ondule largamente bajo el viento del sueño y la marea crezca en una ola y la ola rompa el dique,
esperar hasta que el papel se cubra de astros y sea el poema un bosque de palabras enlazadas,” (Ibid.: 230 y 232)

El premio Nobel de literatura en 1990 nunca dejó de pensar poéticamente, ni de poetizar el pensamiento. “Piedra de sol” es un monumento al encuentro afortunado entre razón y poesía. Sus reflexiones son joyas invaluables que sorprenden por el modo en que pinta las argumentaciones.

“Piedra de sol” es una exquisita lección circular sobre la existencia humana: el amor, el tiempo, el erotismo, la muerte… Obsesiva búsqueda por entender y desgajar la esencia del hombre que se disipa a cada instante, que se disgrega con nombrarla:

“a la salida de mi frente busco,
busco sin encontrar, busco un instante,
un rostro de relámpago y tormenta
corriendo entre los árboles nocturnos,
rostro de lluvia en un jardín a oscuras,
agua tenaz que fluye a mi costado,
”busco sin encontrar, escribo a solas,
no hay nadie, cae el día, cae el año,
caigo con el instante, caigo a fondo,
invisible camino sobre espejos
que repiten mi imagen destrozada,
piso días, instantes caminados,
piso los pensamientos de mi sombra,
piso mi sombra en busca de un instante,” (Ibid.: 239 y 240)

“Piedra de sol” es una experiencia poética comparable con Muerte sin fin de José Gorostiza o Altazor de Vicente Huidobro: poema extenso con vocación de filosofía abreviada. Punto en el que un dios inasible se transforma en vaso e inventa la música de la violondrina y del goloncelo.

Y esta incansable melodía, tenaz poesía, tiene el sabor ambiguo de la esperanza y la resignación:

“dime, cántaro roto caído en el polvo, dime,
¿la luz nace frotando hueso contra hueso, hombre contra hombre, hambre contra hambre,
hasta que surja al fin la chispa, el grito, la palabra,
hasta que brote al fin el agua y crezca el árbol de anchas hojas de turquesa?” (Ibid.: 235)

Bibliografía.
PAZ, Octavio. (1956) El arco y la lira. 9ª Reimpr. México, Fondo de Cultura Económica, 1993
- (1960) Libertad bajo palabra. 6ª Reimpr. México, Fondo de Cultura Económica, 1985
- (1974) El mono gramático. Barcelona, Seix Barral (Biblioteca de Bolsillo), 1996
- (1987) Árbol adentro. 3ª reimpr. México, Seix Barral, 1991
- (1991) Obras completas. Tomo I. La casa de la presencia. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1994
PERALTA, Braulio. (1996) El poeta en su tierra. Diálogos con Octavio Paz. México, Hoja Casa editorial.

* Profesor de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad UPN095 Azcapotzalco

Alfabetizando ambientalmente: Construyendo un modelo de educación y comunicación para la sustentabilidad

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán[1]

Resumen
Ante la urgencia de contener y revertir la crisis ambiental, que ha vuelto a quedar manifiesta por las evidencias del cambio climático, la presente ponencia trabaja desde los elementos que aporta la educación y la comunicación ambiental conceptos como los de ambiente, crisis ambiental y sustentabilidad que en la literatura ambiental con frecuencia son tergiversados o usados con sinónimos, como ecología, problemática ambiental y desarrollo sustentable que no han resultado efectivos para el reconocimiento del tamaño problema que enfrenta la humanidad de la presente generación. El redimensionar estos conceptos es un regreso al lo básico para la construcción de un modelo de comunicación ambiental que aspire a una mayor efectividad en un indispensable proceso de alfabetización.

Introducción.
Estamos en los albores de cumplir cuatro décadas[2] de que la discusión pública sobre lo que era concebido en principio como problemas ecológicos, de sobrepoblación o de contaminación. Lo anterior, sobre todo por que la manifestación de problemas locales de deterioro, comenzaron a dimensionarse a una escala mayor por diversas evidencias (perdida de biodiversidad y cubierta vegetal, agujero en la capa de ozono, alteraciones climáticas, etc.) como una innegable crisis ambiental global que atentaba contra toda forma de vida en el planeta tierra. No se trata de la primera crisis ambiental por la que pasa nuestro planeta – pensemos en las glaciaciones - , sin embargo, si es la primera que tiene que ver -con diversos niveles de responsabilidad- con una especie viva que lo habita y más concretamente, en como en los últimos siglos se relacionaba con la naturaleza para satisfacer necesidades.

A pesar de esta presencia cada vez más notable en la agenda pública de la sociedad - política y civil – de lo ambiental, creemos que todavía no hemos podido comunicar la gravedad de la situación con la suficiente fuerza, que hagan saber del riesgo en el que estamos como especie (dado que aún en el escenario de más pesimista; la naturaleza nos sobrevivirá en alguna forma). Para decirlo de una vez: la población del planeta en su generalidad no tiene información confiable, suficiente y pertinente sobre la crisis ambiental y el papel de la sustentabilidad como alternativa a la misma.
El comunicador ambiental Hernán Sorhuet (2008) sostiene en relación a la emergencia del cambio climático como ejemplo emblemático de la grave crisis ambiental actual, que:
es evidente que su presencia acorta los plazos y reduce los niveles de paciencia. Es un fenómeno con una característica única y para muchos novedosa: afectará a toda la humanidad. Y aunque lo hará de diferente manera, en todos los casos será lo suficientemente grave como para movernos el piso.

¿Está consciente la sociedad que debe participar en la preparación de las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático? ¿Cómo y cuando lo hará? A medida que nos enteramos de nuestras vulnerabilidades y de la prospectiva del problema, urge responder esas preguntas.

En estos días la información que recibe la sociedad sobre el devenir del calentamiento global parece abundante. Sin embargo no es de buena calidad, porque el mensaje general que deja es que el problema está aún lejano a nuestra realidad personal y grupal. Y no se así.

El presente artículo tiene entonces el cometido de iniciar el desarrollo de un modelo de comunicación para la sustentabilidad, partiendo de lo básico; esclarecer cuatro conceptos elementales en el necesario y ya impostergable debate ambiental, que aunque ya iniciado en nuestro país, es todavía lejano del uso preciso de los términos y poco claro tanto en la vida cotidiana como en la política pública ambiental que parece, habrá que decirlo, perder foco sexenio tras sexenio en esta materia.

Los conceptos para iniciar este proceso de alfabetización son el de ambiente, crisis ambiental, la sustentabilidad y comunicación ambiental. Los cuales son relevantes, si vemos que los pocos comunicados ambientales confunden con frecuencia, al ambiente con naturaleza; a la crisis con problemática ambiental; al desarrollo sustentable con la sustentabilidad; y la comunicación ambiental con simple información “científica”, dando lugar a innumerables sesgos y tergiversaciones desde ideológicos, semánticos, hasta políticos, económicos y por supuesto, de comunicación.

a) El ambiente: una polisemia.
El camino del reconocimiento para comunicar la sustentabilidad ambiental ha sido aunque vertiginoso en su urgencia percibida por la sociedad, tergiversado y limitado en la cabal comprensión casi generalizada. Todavía en la actualidad se escucha con frecuencia frases como “protejamos a la naturaleza”;"defendamos la Ecología"; “iniciemos la sustentabilidad financiera”; “ salvemos al mundo” o en in reciente spot gubernamental “reforestemos para mantener ocupados a nuestros campesinos”, dicha por políticos, líderes de opinión, actores sociales, comunicadores, empresarios, científicos, medios y hasta seudo-ambientalistas.
Comenzaremos por precisar que el término Ecología como distinto al de ambiente por que no alcanza para definir la compleja red que es la cuestión ambiental. En sentido estricto Ecología es una disciplina científica encargada de la relación de las especies con su entorno. El ambiente es mucho más que eso. Basta decir hasta el momento que la gran mayoría de los problemas ambientales tienen una honda raíz social de origen. Piense usted en el que quiera (de la perdida de un bosque al incremento de los huracanes) y notará que su origen está en el estilo de desarrollo de la sociedad actual.
A lo largo de la pasada década fue quedando claro que el discurso ambiental, sobre todo por el ingrediente político que lo expresa no es, ni será nunca, un discurso único, neutro. Es múltiple, diverso y en un permanente debate y transformación como ha quedado demostrado en otros trabajos.[3] .
Hoy siguiendo a la canadiense Lucie Sauvé (l997) podemos diferenciar seis conceptos distintos de ambiente. Es importante esto por que dependiendo lo que se entienda, se tendrá o no comprensión del y se actuará en consecuencia de esta noción.
Estos son los conceptos y algunas reflexiones al respecto:
1. - El ambiente como naturaleza. Esta concepción limita el ambiente a "lo natural", de la que el hombre no esta inmerso, expulsado del paraíso terrenal por segunda vez, como lo asegura Gonzalez Gaudiano. De esta concepción, pueden desprenderse prácticas paisajistas, contemplativas o de regreso y admiración de la naturaleza.
2. - El ambiente como recurso. El ambiente es la externalidad económica (lo que queda fuera de los procesos productivos y en donde van a dar desecho) y, al mismo tiempo, la base material de todos los procesos de desarrollo. Este concepto es productivista (el ambiente es la reserva de la producción futura) y esta en la médula de la lógica de la conservación y, por supuesto, la acumulación.
3. - El ambiente como problema. Aquí los sinónimos son deterioro, amenaza, erosión y contaminación. Las respuestas son, casi siempre técnicas, fragmentarias y limitadas.
4. - El ambiente como medio de vida. Lo que se alude en realidad es el entorno (familiar, escolar, laboral). Es el contexto local en el que nos desenvolvemos y que transformamos. El ambiente es lo que nos rodea.
5. - El ambiente como biosfera. Es complementario y amplificado al anterior: es el planeta. La casa, el barco y la nave de todos. Que tiene límites cada vez más claros. Esta concepción es fundamentalmente filosófica; el planeta como ser viviente: Gaia.
6. - El ambiente como proyecto comunitario. Esta concepción remite a la re-apropiación y manejo adecuado de los recursos naturales, autonomía y democracia política, autosatisfacción económico-productiva y toma de decisiones local, teniendo en cuenta los componentes naturales y antrópicos. A diferencia de las otras concepciones aquí se unen conciencia, conocimiento y acción social sobre el entorno inmediato. El lugar ideal para comunicar ambientalmente y realizar acciones de sustentabilidad.

b) La crisis ambiental, mucho más que un problema.
Del mismo modo escuchamos en la vox populi en que se han erigido los medios en el mundo actual, que hay problemas ambiental y a continuación con se cita, por ejemplo, la contaminación atmosférica o a la basura para después enunciar una serie de soluciones (desde activistas hasta técnicas) que siempre resultan superficiales, parciales y frustrantes en su aplicación.[4] Los problemas ambientales no son sino síntomas de la enfermedad de nuestro mundo.
La forma de mayor contundencia de comunicar la crisis ambiental es ubicarla en un espacio: la globalización; en un tiempo: los últimos doscientos años; y en el entendimiento de que el deterioro paulatino de los recursos naturales, originado por el modo de producción dominante en occidente. Se trata entonces del análisis de la crisis ambiental a la luz de lo político, económico, social, y cultural, en el marco de las condiciones históricas de la sociedad industrial y post-industrial. Marquez (1996), define los ingredientes de la Crisis de la siguiente forma:

Esta relación hombre-naturaleza en la sociedad industrial se podría caracterizar por cuatro aspectos básicos: primero, por el control y la transformación del entorno natural realizado a partir del saber científico, es decir con el pleno conocimiento de causa de las implicaciones que tiene la intervención humana sobre aquél; segundo, por un fenómeno de escala que implica que muchas de las modificaciones sobre el entorno natural adquieren ahora un carácter planetario; tercero, porque existe una disociación entre lo recomendable a partir del conocimiento científico y los dictados de los intereses económicos y comerciales en muchas ocasiones contrapuestos y dominantes; y cuarto, porque nunca antes el hombre estuvo en capacidad de poner en riesgo su propia existencia a partir del crecimiento desigual y de su intervención depredadora de la naturaleza.

En otras palabras: control y modificación científica, en el ámbito planetario, ocasionados por intereses económicos, pone en riesgo la existencia de la vida humana.
Leff señala, por su parte, que la relación desarrollo-medio ambiente debe leerse bajo el enfoque de la sobredeterminación económica:

El conocimiento de los procesos de transformación de la naturaleza bajo el enfoque de la sobredeterminación de su proceso de producción y de reproducción sobre la transformación de las culturas y de sus ecosistemas, y a pensar en forma específica de inscripción de los procesos ecológicos en la dinámica del capital. El proceso de valorización del capital a escala mundial aparece como la causa sobredeterminante de la transformación de los ecosistemas, de su destrucción funcional y de la degradación de su potencial productivo primario” (Leff: 1994; p. 12).

Es por lo anterior, que las bases de la crisis ambiental deben encontrarse en el análisis del modo de producción, las condiciones del proceso de acumulación y de reproducción del capital a escala planetaria que ha implicado, en forma inevitable por los ritmos de extracción de las materias primas, el uso de los recursos naturales, y el cambio en el uso del medio natural.
La obtención indiscriminada de recursos de los ecosistemas en los últimos veinte años, no tiene precedente en la historia. Los problemas de deforestación, erosión, incremento poblacional, subconsumo y sobreconsumo, pérdida de la biodiversidad, pobreza, alteraciones atmosféricas y el mismo cambio climático significan, a su vez, limitantes al desarrollo actual y obligan a cambiar los modelos de desarrollo, no sólo para detener las causas que los producen sino también para revertirlos. (Arizpe L. y Carabias : 1992).

c) Del Desarrollo sustentable a la Sustentabilidad: caminos que divergieron.
Hace diez y seis años, en Río de Janeiro, Brasil, los representantes de 150 naciones se comprometieron a lograr la sustentabilidad planetaria en la Declaración de Río Sobre medio ambiente y desarrollo (1992). Este acuerdo venía precedido por un trabajo de definición conceptual realizado por la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo publicado en 1987 bajo el nombre de Nuestro futuro común. Este documento puntualizaba el concepto que funda conceptualmente al desarrollo sustentable: “es el desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Algunos teóricos (Carabias, Provencio: 1993) veían en este concepto dos vertientes muy claramente definidas: la ambientalista y la economisista.
El terreno económico se asumía implícitamente un desarrollo distinto sobre todo por la incapacidad de los modelos vigentes para superar los problemas estructurales del empleo, la concentración del ingreso, pobreza, atrasó tecnológico, heterogeneidad sectorial y, por supuesto, el deterioro de recursos naturales. Por otro lado el ambientalismo que había evolucionando en sus fines y metas en la década de los ochenta, había centrado la discusión más allá del conservacionismo y el agotamiento de los recursos naturales, avanzado a una visión global que daba cuenta de las complejas interrelaciones de los ecosistemas.
Los elementos que se desprendían de este primer concepto de desarrollo sustentable eran tres: la cobertura de necesidades básicas en la presente generación, la capacidad de carga de los sistemas naturales para lograrlo y la cobertura de las necesidades de las generaciones futuras.
La discusión que se desato después del informe de Nuestro futuro común (1987) queda establecida en la importancia que se da en los países del sur al primer elemento del concepto y los países del norte en el compromiso transgeneracional de un ambiente sano. Este debate estuvo presente en la Reunión de Río con puntos irreconciliables como el acuerdo sobre la Biodiversidad y más recientemente el Kyoto, sobre los límites a la producción de los gases de invernadero. Ambos jamás firmado por el gobierno de los Estados Unidos. Aunque habrá que reconocer que en diciembre (2007) pasado en Balí[5] la posición de los Estados Unidos comienza a modificarse- sobre todo al ir quedando aislados de los otros países- con relación al cambio climático.
Sin embargo, aquellas desavenencias en reuniones internacionales en la década de los noventa, originaron una disputa en los intereses de los países, que se reflejo en el uso y abuso del término que lo hizo polisémico, equivoco y hasta vació; cada quién lo usaba según sus propios intereses.
También ayudo a este proceso de desgaste la imprecisión conceptual del desarrollo sustentable desde el origen. El concepto adolece además de deficiencias conceptuales desde la perspectiva económica (no esta definido con claridad el valor de la naturaleza económicamente, tampoco hay indicadores de sustentabilidad económica, ni formas de controlar las externalidades como instrumentos y mecanismos eficaces) en lo ambiental se carece de una definición teórica precisa de lo que es el manejo integral de los recursos naturales y de la inclusión de bases ecológicas de tecnologías apropiadas y tradicionales, tampoco se aclara como hacer frente a las fuertes desigualdades sociales a escala planetaria. Por lo anterior, hay quienes han visto en el desarrollo sustentable una prolongación matizada y las estrategias desarrollistas (Sach, 1992).
En resumen en el concepto no quedaba claro si la propuesta de desarrollo sustentable era la base para la redefinición de la relación sociedad – naturaleza y por la tanto una transformación del proceso civilizatorio actual, basándose en una nueva racionalidad ambiental o otra forma de desarrollo dentro del mismo estilo de desarrollo dominante.
Leff (1998: II), va más lejos en su crítica al Desarrollo Sustentable, sostiene que este es un discurso suplantador de una idea genuina de proponer un desarrollo alternativo. En la última década hemos visto que el discurso ambiental crítico parece estar sometido a los dictados de la globalización económica. Leff es categórico:

Las estrategias de apropiación de los recursos naturales en el proceso de globalización económica han trasferido así sus efectos al campo teórico e ideológico. Es justamente en Río donde fue elaborado y aprobado un programa global (conocido como Agenda XXI) para normar el proceso de desarrollo con base en los principios de la sustentabilidad [...] ahora el discurso neoliberal afirma la desaparición de la contradicción entre ambiente y crecimiento. Los mecanismos de mercado se convierten en el medio más certero y eficaz para internalizar las condiciones ecológicas y los valores ambientales al proceso de crecimiento ecológico.

Se trata en pocas palabras de una reconciliación forzada de los contrarios: ambiente y crecimiento económico. Es –según el mismo autor - una vuelta más a la tuerca de racionalidad económica.
Por eso hoy se propuesto el término sustentadilidad como más próximo al tamaño de empresa que tiene la generación actual.
La sustentabilidad deberá considerar la ampliación del plano conceptual con una visión compleja de la realidad, así como espacial, es decir, un conocimiento en la globalización de las mercancías y de los recursos naturales y una temporalidad transgeneracional con respecto al futuro. También considera una construcción social participativa, los ritmos de recuperación de los ecosistemas, los beneficios económicos justos y sobre todo que la sustentabilidad es de base: producida desde abajo, en las comunidades a diferencia del desarrollo sustentable que fue una iniciativa de los organismos internacionales a los representantes gubernamentales.
Se trata ni más ni menos, de pensar al planeta y a la especie humana en forma distinta. Cambiar la concepción que se tiene de la identidad, satisfacción de necesidades, nacionalidad, soberanía, autonomía, género, ambiente y por supuesto, producción, distribución y consumo.
Leff (1998: III) propone que para construir esta sustentabilidad se debe incorporar un conjunto de valores y criterios que no pueden ser evaluados en modelos de racionalidad económica ni sometidos, por supuesto, a una medida del mercado. Son cuatro las esferas -estrechamente vinculadas- que deberán irse incorporando a la constitución de este concepto: una racionalidad sustantiva (que defina valores y objetivos con respecto a la sustentabilidad ecológica, equidad social, la diversidad ecológica y cultura, etc.); una racionalidad teórica (que sistematice los valores anteriores integrándolos en las condiciones materiales y las potencialidades ambientales y productivas); una racionalidad instrumental (que posibilite respuestas técnicas funcionales y operacionales de la anteriores racionalidades) y por último la racionalidad cultura (que produce la identidad e integridad de cada cultura dando coherencia en sus practicas sociales y productivas). Tareas todas ellas nada sencillas, pero inevitables, si queremos tener futuro, que inevitablemente pasaran por una forma de comunicar ambientalmente en forma distinta.

d) La Comunicación Ambiental: el ingrediente indispensable de la educación ambiental.
Como en el caso de la educación, la comunicación ambiental debe entenderse en principio como un saber interdisciplinario por siempre tener de base conocimiento científico y dado que en su núcleo se pueden integrar diversas disciplinas que aporten conceptos, metodologías y herramientas para entender y posibilitar la cabal apropiación a la sociedad de la complejidad ambiental.
La comunicación ambiental es entonces una herramienta de intervención social imprescindible en la educación y, en el mejor escenario, un medio para informar sobre la crisis ambiental, en sus manifestaciones, globales, nacionales y locales. Bajo el esquema de impactar en el pensamiento global para tomar decisiones locales. También a la inversa: pensar localmente y buscar el impacto planetario; por lo que debe posibilitar las alternativas comunicativas internas de las comunidades y al mismo tiempo extender las que generen las sociedades del conocimiento tendientes a la sustentabilidad.
Es indispensable aclararlo: la comunicación ambiental es un conocimiento y sus cada vez más amplias redes de difusión, necesaria – impostergable - para la generación presente y para las futuras lo será aún más. No es una opción. Es un asunto que nos compete y compromete a todos. Lo que está en juego no es sólo un problema ético, sino de la supervivencia de la vida en el planeta tierra y de la especie humana en particular, por el insostenible uso de los recursos naturales impuesto por el modelo de desarrollo económico dominante. Las prácticas socio-ambientales cotidianas, en las civilizaciones modernas, son evidencia de una cosmovisión a veces sincrética, con raíces históricas de diversa profundidad y se encuentran influidas por una multiplicidad de factores sociales, económicos y políticos, evidentes en una cultura occidental avasalladora en la imposición de formas de producción y consumo. También ese mismo estilo de vida ha generado una forma de comunicación materializada en medios que potencia el hiperconsumo y que influye en desvirtuar los valores locales.
Construir una racionalidad social y ambiental alternativa sustentable pasará inevitablemente por la construcción de una comunicación ambiental y ésta, a su vez, por una labor de difundir consciente del reto y capaz de enfrentarlo. De compartir y convencer más que manipular, desviar la atención o imponer.
Una orientación necesaria es la complejidad. La comunicación ambiental no se puede reducir a la información y fomento de hábitos parcelados, mecánicos y verticales como poner la basura en su lugar, separar los desechos, cerrar la llave del agua, alternar el pronto pago del vital liquido o apagar la luz, los cuales, sin duda son benéficos, pero de corto alcance y escaso valor educativo. La comunicación ambiental debe supera el voluntarismo desinformado y la acciones por moda. Es más bien un enfoque comunicativo centrado en las difundir prácticas permite profundizar en los valores culturales de una comunidad, el reconocimiento de su historia, su ubicación en un contexto histórico cambiante en el que el hombre y la naturaleza se entrelazan inevitablemente. Que obedece a inercias homogéneas no siempre acordes a las condiciones sociales y naturales de las comunidades cuyos efectos impactan de diversas maneras en la cultura y la vida propia. Una mirada que no renuncie a percibir las relaciones múltiples en tiempo y espacio de lo que se hace, se deshace o deja de hacerse es una oportunidad de construir una identidad sólida, siempre deseable como resultado de una información pertinente sobre el entorno.
Así, convendrá más hacer reflexionar por medio de mensajes claros y contundentes acerca, por ejemplo, del origen de los desechos sólidos que se producen en la ciudad, acerca de los motivos que llevan a consumir lo que más desechos genera, acerca de la forma en que se obtenía el agua en el pasado, la forma en que se conservaba y tal vez, la forma en que se fue contaminando y agotando, para proponer su manejo en forma sustentable; o también preguntarse desde cuándo la comunidad cuenta con energía eléctrica, cómo se produce y para qué se usa, qué beneficios trae, quién se beneficia más de ella, por qué es necesario cubrir sus costos y qué significado tiene en un contexto nacional, qué son las energías alternativas y/o renovables. Ejemplos de prácticas de comunicación ambientales susceptibles de reflexiones como las aquí propuestas son: las formas de recreación y turismo, la alimentación, la preparación de los alimentos, la forma de tratamiento de las enfermedades por curar o prevención, el uso de medios de transporte, el uso de útiles y materiales escolares, las formas de construcción de la vivienda, las fuentes de ingreso económico de la comunidad, las fiestas y tradiciones, el mejor aprovechamiento de los recursos naturales de la localidad, etcétera. Este tipo de temas generalmente recibe un tratamiento poco reflexivo que se reduce a “slogans” sin contenido significativo.

Conclusión
Lo ambiental en las últimas décadas ha generado una diversidad de discursos heterogéneos, que están marcados en forma definitiva por el uso y aprovechamiento de la naturaleza y de los recursos naturales ( Leff, 1998 I:25) que según determinados intereses o posiciones - con frecuencia antagónicas-se tengan. Es decir, que hay que partir de la base de que lo ambiental no puede entenderse desde sólo una posición. Es más bien un campo de batalla en la que entran en juego visiones, intereses económicos, perspectivas científicas, etc. Hay que reconocer que en este mar de desconcierto comunicativo se ha extraviado, el marino de la contundencia discursiva que posibilite contener y revertir la crisis ambiental y oriente la navegación hacia la sustentabilidad.
El objetivo del artículo es volver a rastrar la base de cuatro conceptos clave sin duda valiosos para la construcción de un modelo de comunicación ambiental, que primero alfabetice, después trasmita, informe, sensibilice, y construya alternativas hacía un futuro más promisorio de la presente y futura generación humana, con formas de producción y consumo más armónicas con la naturaleza.
En este contexto hacia la sustentabilidad, en el que muchos conceptos han de ser revisados y precisados vale la pena citar lo que Elizalde sostiene (2003), en su redefinición de lo que es el bien señala:

(…) Sólo aquello que en una perspectiva sistémica, mirando en escalas temporales transgeracionales, en dimensiones territoriales no sólo locales sino también globales, y además en miradas transculturales, sea capaz de generar bucles de retroalimentación positivos, causaciones circulares acumulativas, esto es sinergias, poteciamientos y enriquecimientos mutuos.
En educación ambiental será necesario establecer las formas operativas de difusión e intercambio, intervención que vayan dando sentido e integridad al modelo de comunicación para la sustentabilidad.

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[1] Universidad Pedagógica Nacional 095. Maestría en Educación Ambiental
2 En 1968 se reunió en Roma un grupo de 35 científicos, políticos e investigadores, que provenían de 30 países distintos, conocido, dos años después, como el Club de Roma, para hablar de los cambios que se estaban produciendo en el planeta por consecuencia de acciones humanas. Para muchos ambientalistas, el primer informe de este Club, conocido como Los límites del crecimiento es el inicio de la preocupación mundial sobre el mundo, los recursos y la población.

[3] Para profundizar en este aspecto ver: de Mires F (1996) La revolución que nadie soñó o la otra posmodernidad. La revolución ecológica: palimpsesto de nuestro tiempo. Nueva Sociedad. Caracas Venezuela, y de Ramirez RT ( 1997) Malthus entre nosotros. Discursos Ambientales y la política Demográfica en México. Editorial Taller Abierto. México.
[4] Un ejemplo de esto son recientes documentales de entre los que destacamos Una verdad incomoda ( Guggenheim D. Estados Unidos: 2006), que es obra notable en la realización e impacto social (hasta un premio Nobel y un Oscar cinematográfico alcanzó), sin embargo, al final del film da una lista de tareas que incluyen acciones como: usar autos híbridos, bañarse con menos agua caliente, comprar alimentos frescos, etc. Culpabilizando a un probable ciudadano de cosas que muchas veces están fuera de su alcance. Desgraciadamente no es el único caso en los medios.

[5] Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se desarrolla en la isla Indonesia de Bali, Diciembre del 2007. Es de tal impacto las repercusiones que podrían tener estos los acuerdos de esta última Conferencia que si podríamos aspirar a un pacto mundial contra la producción de los gases de invernadero.

Adquisición de la lecto-escritura a través de la Educación Ambiental

Margarita Berenice Gutiérrez Hernández*

María del Carmen Villanueva Reyes
**

Resumen
La crisis ambiental obliga a las sociedades actuales a generar alternativas que permitan equilibrar la preservación y manejo racional de los recursos naturales con la política económica y el desarrollo social de cada nación, es por esto que debemos considerar a la escuela primaria como un centro donde los alumnos pasan gran parte de su vida construyendo aprendizajes, además es una etapa en la cual los niños se encuentran en un proceso de desarrollo que debemos de aprovechar para educar
1 de manera más responsable, armónica e integral, permitiéndoles desenvolverse de acuerdo a sus necesidades y a las de la sociedad actual.

Es decir, dar inicio a la formación ambiental, a los alumnos de este nivel educativo, cimentando las bases desde una edad temprana, reforzando día con día todos los elementos necesarios e indispensables para crear una conciencia ambiental en los niños, promoviendo con ello, la protección y el cuidado del medio ambiente.

Debemos de tomar en cuenta que para lograr estos cambios se deben vincular los contenidos de los planes y programas
2 de educación primaria vigentes, logrando con ello una formación escolar integral.
Cabe recordar que lo que bien se aprende nunca se olvida, si el aprendizaje de la lecto-escritura se enseña en el primer grado de educación primaria y es un conocimiento que lo utilizamos permanentemente durante toda la vida, la educación ambiental logrará considerables cambios de actitud, así será el modelo didáctico que permitirá acercarnos a todos los conocimientos y objetivos establecidos en este nivel de educación, pues es en este grado donde, tomados de la mano de la dimensión ambiental, se logrará cimentar las bases de una educación que servirá de pilar durante el trayecto de estudiante hacia la vida social.

Antecedentes
El ser humano3 construye ciudades para vivir en sociedad, la forma de vida urbana es característica de nuestra especie, de tal forma que existe una tendencia global de las sociedades humanas hacia la urbanización, es decir se apropia de los recursos naturales sin importar la destrucción de los mismos para conseguir sus comodidades, por lo que cada vez más personas viven en comunidades urbanizadas, esta tendencia ha traído consigo, consecuentemente, el crecimiento y desarrollo de grandes metrópolis.

Por otra parte, el desarrollo urbano acelerado tiene como consecuencia el detrimento paulatino de la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, factores conflictivos como la contaminación del aire, del suelo, así como la destrucción de la capa de ozono, conllevan a una constante preocupación, en donde las condiciones de vida de grupos marginales son cada vez peor, el elevado costo de bienes y servicios fomentan la concentración social, que es la causa directa de la violencia y la inseguridad..

La falta de una cultura ambiental4 adecuada no ha permitido que el hombre como protagonista del modelo de desarrollo en el cual estamos inmersos, respete el medio ambiente y los seres vivos que se desarrollan en él, sin darse cuenta que destruir su entorno significa la destrucción de sí mismos como especie.

Es importante resaltar que el proceso educativo formal no ha obtenido los resultados esperados en los diferentes intentos para incorporar la educación ambiental en sus planes y programas, es necesario incorporar la dimensión ambiental en los mismosl.

De la misma manera cabe mencionar que no se le ha dado la importancia requerida para crear cambios en los patrones de consumo, en el actuar de manera responsable para con el medio ambiente, el cual necesita un cuidado permanente para lograr un equilibrio entre la satisfacción de las necesidades humanas y la conservación de la naturaleza.

Es por todo esto que urge una educación5 a todos los niveles y qué mejor que se inicie a temprana edad en las escuelas primarias, estableciendo las bases de una verdadera educación ambiental que permita lograr una relación de respeto de todos los habitantes hacia el planeta tierra.


Justificación
Es el primer grado de educación primaria en donde se contribuye de una manera significativa6 a establecer las bases para una educación de buena calidad, fomentando hábitos y valores que ayuden a que sea el niño quien construya su propio conocimiento, de esta manera se logra formar niños reflexivos dejando atrás la mecanización del conocimiento.

Propiciar que sea el niño quien experimente, se cuestione y logre responder a sus inquietudes para crear un aprendizaje sólido, lleno de vivencias y estructuras bien cimentadas, que permitan lograr el objetivo de la adquisición de la lecto-escritura en el primer grado de educación primaria, objetivo encaminado a considerar a la educación ambiental como un eje transversal que permita integrar los contenidos de las distintas áreas del conocimiento de los objetivos del primer año, es decir, promover la incorporación de la dimensión ambiental dentro del programa de primer año con una visión integradora para que el niño logre leer, comprender, escribir y redactar como resultado de la dinámica de conocimientos manejados en la interacción que tenga con su entorno social, cultural, familiar, escolar, logrando además una sensibilización acerca de las graves consecuencias de deterioro ambiental.

Objetivo General
Implementar una propuesta didáctica que permita adquirir la lecto-escritura, abordando los contenidos ambientales en la estructura curricular básica del programa de primer año en la escuela primaria.

Objetivo específico
· Adecuar algunos contenidos ambientales en el proceso de lecto-escritura.

Marco conceptual de referencia

El saber ambiental
La presente propuesta didáctica pretende resaltar la necesidad de iniciar una formación del Saber Ambiental desde la escuela primaria, ya que es aquí donde se establecen las bases para una educación integral, al mismo tiempo de que nos da la oportunidad de interacción directa entre maestros – alumnos y padres de familia, todos en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

De ahí el carácter formativo, más que informativo de la educación primaria y la necesidad de que el niño aprenda a aprender y valorar el entorno en el que vive y sus componentes, llámense seres humanos, plantas, animales, suelos, agua y todo aquello que conforma al planeta tierra.

Además algo muy importante es que el niño se encuentra en un proceso de construcción, el cual hay que aprovechar para que a través de la educación ambiental se inicie su formación en torno a todos los conocimientos que durante este ciclo de seis años se presentan en la escuela primaria.

Al incluir el saber ambiental en el currículum establecido, se estará propiciando “la construcción de una racionalidad ambiental, la formación de un nuevo saber y la integración interdisciplinaria del conocimiento” Leff (1998). Con la ventaja que el niño maneja el conocimiento de una manera global, es decir el niño percibe su entorno como un todo, en el cual interactúa y al que debe de respetar, cabe señalar que al anexar el saber ambiental al currículo no debe hacerse como una asignatura más, sino debe estar implícita en todos los ejes temáticos.

Es por esto que la educación ambiental debe guiar como eje transversal a todas las asignaturas del currículum escolar, por lo que todas necesitan transformar sus paradigmas de conocimiento para poder construir una racionalidad productiva alternativa, ciencias que se desarrollen en torno al saber ambiental.

Esto sin olvidar que Leff (1998), manifiesta que “el saber ambiental, está constituido por un conjunto de saberes teóricos, técnicos y estratégicos, atravesados por estrategias de poder en el saber de donde se desprende su sentido teórico y el potencial de sus aplicaciones”.

Si la educación cumple con el fin de proporcionar al educando valores, conocimiento y conciencia social, responderá de gran manera a los intereses actuales; la preservación del medio ambiente y el desarrollo integral de los educandos, para lograr una mejor calidad de vida, constituyéndose de esta manera en un verdadero factor de cambio.

La formación de capacidades se entreteje con las condiciones políticas, económicas y culturales de cada región y de cada nación para la construcción de un saber y una racionalidad ambiental que oriente los procesos de reapropiación de la naturaleza y las prácticas del desarrollo sustentable.

Es así como la presente propuesta manifiesta que la escuela primaria juega un papel muy importante y en especial los primeros años en donde se incorpora el saber ambiental a través de la adquisición de la lecto- escritura, un saber ambiental que debe estar implícito en todas y cada una de las asignaturas trabajadas en el primer año, momento importante para que el niño aprenda a cuidar su entorno, a protegerlo, a propiciar una calidad de vida mejor y al mismo tiempo aprenda a leer, escribir, sumar, restar, redactar desde una postura ambiental.

Metodología
Es importante resaltar que cualquier actividad emprendida en un centro escolar debe de estar acompañada principalmente por un alto grado de responsabilidad y un gran compromiso por parte del maestro; es decir que el docente esté integrado a la generación de la actividad creativa dentro del aula, por medio de sus actos, actitudes y a través de su ejemplo para fortalecer el proceso educativo, así como la metodología7 empleada con el fin de obtener excelentes resultados.

En primer grado de educación primaria es donde se aprende a escribir escribiendo, a leer leyendo, a respetar respetando y a cuidar nuestro medio ambiente a través de aprendizajes significativos, de reflexión permanente en forma gradual, logrando con ello que el niño incorpore a su vida diaria los valores y hábitos necesarios para lograr una sustentabilidad en su entorno, al mismo tiempo logre adquirir las bases de la lecto-escritura para vivir de mejor manera en sociedad.

Por lo anterior la presente propuesta didáctica pretende vincular, el proceso de lecto-escritura con la formación ambiental del niño de primer grado, la cual está basada en un aprendizaje integrado; es decir, no existe una separación de las asignaturas curriculares, si no que se abordan a partir de un modelo didáctico en donde la transversalidad es una estrategia ambiental ya que de ella se desprenden los conocimientos que se abordarán en cada una de las materias a tratar.

La presente propuesta está compuesta de cinco unidades didácticas, cada una con diferentes temas ambientales específicos para trabajar durante una semana, en el transcurso de ésta se realizan diferentes actividades encaminadas a cubrir y lograr el objetivo de cada tema.
Se indica también los recursos necesarios que se utilizarán, así como las diferentes actividades que se abordarán para cubrir todas las asignaturas comprendidas8, las cuales son Español, Matemáticas, Conocimiento del Medio y Educación Artística.

Proyecto didáctico de Educación Ambiental
El presente cuadro nos representa los contenidos a trabajar en la unidad temática, “Respeto a la naturaleza”, correspondiente al primer bimestre, los cuales serán abordados una por semana, dando un total de ocho.



Fuente : María del Carmen Villanueva Reyes ( 2001).

Cuadro 2. Contenidos temáticos a trabajar el segundo bimestre:


Fuente: María del Carmen Villanueva Reyes.(2001.)

El presente cuadro representa los contenidos a tratar en la unidad temática, “Cuido todo lo que está a mi alrededor”, los cuales serán abordados en un período de 8 semanas, un tema por semana.

Conclusiones y recomendaciones
1. El indiscriminado deterioro ambiental, no es más que la consecuencia socioeconómica y política del país, donde la educación es un elemento importante para combatirla.
- Estimular en las escuelas primarias el cuidado y respeto del medio ambiente.
- Cimentar los hábitos y valores necesarios para que acompañen a los seres humanos durante toda su vida conservando y cuidando el planeta Tierra.
-Fomentando la educación ambiental en este nivel educativo.


2. En el currículo formal no se le ha dado la importancia de abordar a todas las asignaturas del programa de educación primaria a través de la educación ambiental.
- Pedir a las autoridades educativas el que reorganicen los planes y programas, dándole la importancia necesaria al cuidado del medio ambiente, no como asignatura adicional, sino como eje central de cualquier asignatura.

3. Aprovechar el que la mayoría de la población estudia en un momento de su vida la escuela primaria para incidir en todos los estudiantes y lograr cambios de conducta y actitud en torno al cuidado y protección del medio ambiente.
Concienciar día a día, durante los seis años de estudio de la escuela primaria a todos y cada uno de los alumnos que acuden a ella para forjar las bases de respeto al medio ambiente.


4. Los niños reflejan los conocimientos, actitudes y valores que sus maestros les enseñan y si éstos no los orientan respecto al cuidado de su entorno vital, nunca se percibirán mejoras en este aspecto.
- Invitar a los maestros a que enseñen a sus alumnos a cambiar positivamente su entorno vital a través del ejemplo de ellos mismos.


5. Enseñar a leer y escribir a los alumnos de primero de primaria a través de los temas ambientales, es una experiencia realmente significativa tanto para los niños como para la comunidad en general.
- Se sugiere continuar con el mismo proceso de enseñanza- aprendizaje respecto a la educación ambiental en los siguientes grados; para tener un seguimiento y no perder la continuidad en el proceso educativo.

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* Asesora de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad 095 Azcapotzalco
** Exalumna de la Maestría en Educación Ambiental y de la Licenciatura en Educación de la UPN095 Azcapotzalco.
1 Para fines de este trabajo la Educación Ambiental será “Una educación encaminada a formar personas que sean capaces de obrar racional y autónomamente con una buena escala de valores, capaces de enjuiciar críticamente la problemática de nuestra realidad en el medio, así se podrá llegar a eliminar conductas negativas y modificarlas por otras que sean válidas para todos los seres vivos”. (Antón, Benedicto, 1998:19)
2 Véase: (SEP Plan y Programa de Estudio 1993: 29-143)
3 Cabe mencionar que el ser humano como protagonista del modelo de desarrollo en el cual estamos inmersos, es el primer depredador y causante del deterioro ambiental Antón, idem., p:13.
4 Entiéndase por cultura ambiental como el hilo conductor de lucha, de esperanza, de posibilidad es decir de proyecto de solución de la crisis ambiental, asociada a desarrollar tecnologías limpias, suaves o alternativas. (González Gaudiano, 1997:53)
5 La escuela es el marco ideal para hacer que la Educación Ambiental esté presente en toda la sociedad porque:
*Los niños sienten una gran atracción por toda la naturaleza y responden fácilmente ante las alternativas de participar activamente en mejora del medio.
*La infancia es el mejor momento para fomentar actitudes personales a favor del medio ambiente.
*Si se consigue formar a los niños , éstos tienen un poder de influencia muy grande sobre muchos adultos.
*Es más fácil educar a los niños que hacer cambiar los malos hábitos que muestran los adultos. (Antón, idem, p:16-17.)z
6 Según Pichardo, Díaz José 2002. en Estrategias de aprendizaje y pautas didácticas que implementan la Educación Ambiental en la Escuela Primaria, p: III, señala que el aprendizaje significativo ocurre cuando las tareas están relacionadas de manera congruente y el sujeto decide aprender así. El aprendizaje significativo surge cuando el alumno como constructor de su propio conocimiento relaciona los conceptos a aprender y les da sentido a partir de la estructura conceptual que ya posee. El aprendizaje significativo trata de explicar las condiciones necesarias para que el aprendiz encuentre sentido a lo que aprende.
7 Poner a la Educación Ambiental en la práctica de nuestra acción educativa implica el seguimiento de una metodología activa que permita la participación a los alumnos, que favorezca la reflexión y el sentido crítico, que trate de que los alumnos aborden los problemas observando, tomando datos, buscando información, elaborando conclusiones y adoptando medidas de mejora. Para ello resulta muy eficaz la elaboración de unidades didácticas diseñadas sobre los problemas ambientales más comunes del entorno. Antón, idem, p:24.
8 El campo de actuación de la Educación Ambiental es en todos los niveles de enseñanza y desde todas las áreas, porque cualquier área curricular es buena para trabajar la Educación Ambiental, todas tienen un sitio para ésta, y además resulta enriquecedor que se trabaje desde diferentes campos y con diferentes procedimientos. Idem, p:25.

Implicaciones neuropsicológicas y neurolingüísticas de la lectura


Silvia Chávez[1]

Gerardo Ortiz[2]

Resumen

El presente trabajo analiza teóricamente el proceso de lectura partiendo de la metodología neuropsicológica y neurolingüística, considerando dos teorías. La primera es el cognoscitivismo, aproximación desde la cual, el proceso de lectura se explica mediante dos rutas, la ruta lexical que tiene como unidad de análisis la palabra, y la ruta sublexical que procesa unidades menores, grafemas o grupos de grafemas. La segunda propuesta teórica es el análisis histórico-cultural de la neuropsicología propuesta por Luria, basado en la neurolingüística y la afasiología, este modelo propone un análisis de los diversos mecanismos psicofisiológicos o factores del lenguaje. En la lectura estos factores intervienen de diversas maneras aportando un nivel óptimo para desempeñar formas de procesamiento muy específicas. Desde esta perspectiva la lectura se concibe como una actividad compleja que no se localiza en zonas restringidas del cerebro, sino que requiere de la participación de diversos factores, los cuales se forman durante la vida del niño en el proceso de su actividad extracortical.

Al considerar a la neuropsicología como una disciplina encargada del análisis de la relación entre diversas funciones corticales superiores y determinados sectores del cerebro (Dennis, 2004), o como una disciplina que estudia las funciones psicológicas en estrecha relación con las estructuras nerviosas, tanto en la normalidad como en la patología, en niños y adultos (Solovieva y Quintanar, 2004) y al considerar a la neurolingüística como aquella disciplina que de manera más específica aborda al lenguaje, su desarrollo y posibles alteraciones en relación con el cerebro (Caplan, 1987); entonces podremos abordar a la lectura como un tipo de procesamiento que puede ser tratado por ambas disciplinas.

La lectura como una forma de actividad lingüística exteriorizada posee funciones sociales y comunicativas. La lectura como cualquier otra actividad humana se dirige hacia un objetivo específico y se rige por motivos cognoscitivos y emocionales (Rubinstein, 1982). En este sentido, la lectura requiere una serie de procesos cognoscitivos entre los que destacan el análisis visual de las letras, la forma de las palabras y los rasgos más esenciales de las letras, la conversión de las palabras fonológicamente expresadas a su forma gráfica y viceversa, así como el acceso a la representación semántica de las palabras.

Es entonces que la lectura es una actividad que integra gran número de operaciones mentales. Cuenta con mecanismos que permiten reconocer y atribuir un significado a las palabras escritas, y mecanismos que están implicados en los procesos de interpretación o comprensión lingüística (Viñals, 2003).

Una de las perspectivas que ha abordado a la lectura a partir del uso de la metodología de las neurociencias es el cognoscitivismo. Joubert y colaboradores (2004) plantean que se pueden analizar básicamente dos rutas de procesamiento; una ruta lexical directa que tiene como unidad de procesamiento la palabra, facilita la conversión de la forma ortográfica de una palabra hacia sus componentes correspondientes en el nivel fonológico de la palabra completa; esto puede ser realizado con o sin acceso intermediario a la representación semántica de la palabra. En esta ruta se admiten dos posibilidades, una ruta directa, que va del reconocimiento ortográfico de las palabra a su correspondiente fonología, y una segunda posibilidad, pasando por la representaciones semánticas (Viñals, 2003). Esta ruta lexical permite que se lean las palabras tanto regulares como irregulares, partiendo del supuesto de que su pronunciación ha sido memorizada enteramente.

La otra ruta que se plantea es de tipo sublexical indirecta (Joubert et al, 2004), procesa unidades menores, grafemas o grupos de grafemas, facilita la pronunciación de palabras regulares y no-palabras a través de la conversión específica del grafema a fonema. De acuerdo a este modelo, la letra primero se segmenta en sus constituyentes grafémicos los cuales después se convierten en sus correspondencias fonémicas a partir de las reglas generadas para la conversión grafema-fonema y posteriormente se agrupan silábicamente de manera que pueda ser pronunciada como un único programa articulatorio.

El planteamiento de mecanismos de procesamiento lexical y sublexical fue desarrollado por la disociación observada en algunos pacientes con dislexia adquirida, quienes no podían en algunos casos leer palabras irregulares y en otros quienes no podían leer no-palabras, lo cual permite suponer, bajo el principio de doble disociación, que son mecanismos existentemente diferentes (Joubert and Lecours, 2000; Iribarren, et al; 2001). A pesar de esta distinción de procesos, los modelos conexionistas argumentan que la lectura se basa en un solo tipo de proceso, por lo cual no existe un proceso cognitivo separado para la lectura de palabras y pseudos-palabras (Joubert et al, 2004; Joubert y Lecours, 2000; Iribarren, et al; 2001).

La interacción entre la ruta lexical y la sublexical es un proceso que no está aún del todo claro (Tainturier y Rapp, 2001); por lo cual es importante considerar que el análisis de las rutas propuestas, independientemente de si son concebidas por separado o de manera unitaria, debe enfocarse al tipo de idioma en cuestión en términos de su transparencia u opacidad con respecto a su sistema de escritura; se podría asumir por ejemplo que el español es un idioma muy transparente ya que la mayor parte de sus fonemas encuentran una correspondencia directa con sus grafemas. Además, la conversión grafema fonema no es el único mecanismo que se requiere para la lectura; es necesario además, considerar el conocimiento semántico que contenga no sólo un determinado volumen lexical, de categorización y conformación de campos semánticos, sino además el bagaje conceptual de cada persona, así como su propia concepción y significación de lo que se está leyendo, aunado al nivel de accesibilidad que tiene a diversos tipos de textos y la comprensión de los mismos.

Además, las representaciones mentales no son unimodales, por lo cual es necesario el análisis a partir de un modelo que pretenda integrar los aspectos sistémicos de la lectura y no unidades procesuales aisladas. Ante este reto teórico, metodológico y epístemológico; Luria (1995) propone un modelo de análisis de diversos mecanismos psicofisiológicos del lenguaje, basado en la neurolingüística y la afasiología hasta entonces desarrollada. Este modelo concibe dichos mecanismos psicofisiológicos como la base para analizar el habla en una primera instancia, lo cual facilita su posible aplicación a otras formas de expresión del lenguaje como es la lectura. Estos mecanismos son llamados factores neuropsicológicos y se refieren al resultado del trabajo de zonas cerebrales altamente específicas cuya localización (dinámica) cambia de acuerdo a la edad y a la actividad que el sujeto realiza durante su vida (Korsaova, Mikadze y Balosnova, 1997). Pueden ser divididos de acuerdo a su ubicación cortical, en posteriores (sectores temporo-parieto-occipitales) y anteriores (frontales y prefrontales). Los factores posteriores son oído fonemático, retención audio-verbal, retención visual, análisis cutáneo-cinestésico y análisis y síntesis espaciales. Los factores anteriores son regulación y control de la conducta y organización cinético-secuencial. Es importante mencionar que bajo esta perspectiva ninguno de los factores en sí mismos, representa alguna función psicológica. Además ningún factor puede, por sí solo, producir la acción humana, por ejemplo la lectura y escritura (Quintanar, 2002). En la lectura, estos factores intervienen de diversas maneras aportando un nivel óptimo para desempeñar formas de procesamiento muy específicas. A continuación se expone brevemente cada uno de dichos factores neuropsicológicos.

El oído fonemático permite la discriminación adecuada entre los fonemas del idioma, la cual es empleada como parte del monitoreo que se realiza en la lectura en voz alta; cabe destacar además, que este factor también está involucrado en la lectura silente (Luria, 1980a), ya que al verse involucrado como parte de la adquisición de la lectura en voz alta, toma un lugar importante en la circuitería córtico-cortical que favorece la conformación del sistema complejo; esto es, no es necesario la lectura en voz alta para que se dé la activación de este factor; principalmente en lenguas, como el español, que son de correspondencia fonológico-grafémica, en las cuáles el análisis y posterior conciencia fonológica son indispensables para la comprensión de los elementos estructurales básicos del texto.

La retención audio-verbal se refiere a la capacidad de almacenar y evocar información audio-verbal, de forma voluntaria, ante interferencia de otro tipo de información (heterogénea) o el mismo tipo de información (homogénea) (Akhutina, 2002). En el proceso de la lectura es indispensable mantener un determinado volumen de información para poder conservar la secuenciación y temática del texto; además, este factor facilitará el sostenimiento temporal de aquellas palabras de mayor relevancia para dar sentido a lo que se está leyendo (Luria, 1974); esto es, se genera una selección de palabras principalmente de contenido y en menor grado palabras de función en dependencia de su importancia para el lector (en términos de su nivel de comprensión lectora, de comprensión del texto en cuestión, del objetivo de la lectura, etc.).

La retención visual es muy similar al factor anterior en términos de que refiere a la capacidad de almacenar y evocar información, de forma voluntaria, ante interferencia de otro tipo de información (heterogénea) o el mismo tipo de información (homogénea), aunque en este factor el procesamiento obedece a la modalidad visual. Al tener un tipo de procesamiento similar al de la retención audio-verbal, sólo cabe destacar que este factor facilita la retención de la cantidad de elementos de lectura, como son las letras, su articulación en sílabas y la integración de éstas en palabras (Solovieva, 2005); además posibilita la conformación de huellas a corto plazo para el uso de frases, cláusulas y oraciones. En este sentido es importante identificar que la lectura también puede ser determinada por el procesamiento de cifras en dependencia de su extensión y el tipo de operacionalidad en la que pueda o no implementarse.

Análisis y síntesis espacial; este factor facilita la integración de los estímulos de distintas modalidades en un esquema global y analítico en dependencia de la tarea en la que se inserta (Akhutina, 2001). En el caso de la lectura, es el encargado de la comprensión de los aspectos relacionales entre las palabras del texto, ya sea por el nivel de significado o por la articulación que realizan las palabras de función (preposiciones y conjunciones); además facilita la generación y mantenimiento del sentido del texto (Luria, 1980); si bien el factor de retención audio-verbal y el de retención visual permiten la conservación de huellas a corto plazo y la posible discriminación de aquellos elementos sustanciales del texto, el factor de análisis y síntesis espaciales permite el desarrollo y conservación del sentido (de lo que se comprende) del texto.

El análisis cutáneo-cinestésico está relacionado con la capacidad para obtener e integrar información precisa a través de las vías táctiles y que colabora en la exterocepción y la propiocepción (Quintanar, 1994). Si bien podría pensarse que este factor es el de menor implicación en la lectura en sí misma, es de suma importancia para dos aspectos básicos; si se realiza la lectura en voz alta, este mecanismo brinda el estado óptimo para el posicionamiento del aparato fonoarticulador lo cual es indispensable para la fluidez del texto y su consecuente comprensión ; el segundo aspecto es el relacionado a la propiocepción y exterocepción necesarias para ubicación y orientación perceptual del lector con respecto al texto y los elementos del mismo (Luria, 1980).

La organización cinético-secuencial está encargada de establecer una continuidad seriada y secuencial para lo cual es necesario el paso fluido de un elemento de la actividad intelectual a otro. Este sector facilita la elaboración del esquema motor de la lectura en voz alta, además de que participa en el manejo adecuado de la concordancia, el orden de las palabras, la morfología flexiva e inflexiva, el uso de tiempos verbales y la construcción de frases, cláusulas y oraciones (Luria, 1980). La relevancia primordial de este factor radica en la generación del programa articulatorio de la palabra, lo cual se refleja en la automatización de sílabas, palabras y frases de uso común, permitiendo con ello la fluidez del discurso y por ende de la lectura en voz alta. Además, el trabajo de este sector de la corteza cerebral se traslada a la posibilidad del lector para poder pasar de un elemento a otro del lenguaje, ya sea en el acto motor del habla o a nivel de la actividad intelectual que se requiere para su consecución (Quintanar, 1994), lo cual promueve una mayor comprensión ante la exposición de diversas ideas dentro de un mismo texto.

La regulación y control se encarga básicamente de la organización, planeación, verificación y dirección de la conducta (Akhutina, 2001). Facilita la identificación de la necesidad y la creación del motivo de la lectura, se encarga del mantenimiento del lenguaje interno y/o para conservar de manera sostenida la comprensión del texto. Este sector permite el vínculo dinámico entre el pensamiento y el lenguaje, a partir de la generación de la intención comunicativa y el plan de enunciación necesario para hacer que la lectura sea más asequible. Además, este factor determina la posibilidad de la realización y en consecuencia la comprensión de actos complejos como son la narración, los aspectos pragmáticos y de socialización del lenguaje, así como el desarrollo y conservación del sentido del texto.

Al analizar estas aportaciones de la neuropsicología, es posible observar que este modelo por factores permite la apreciación de los componentes básicos para la lectura y que ninguno de ellos trabaja de manera aislada, sino articulada en la conformación de sistemas funcionales propios para este proceso; sin embargo no logra abordar del todo la conformación del sentido del texto por parte del lector, los cuales pueden ser estudiados desde una perspectiva que abarque las formas de actividad de cada persona dentro de su acto de lectura.

Conclusiones
El uso de la lectura permite cumplir funciones sociales y comunicativas, además de que su proceso de adquisición se relaciona con la posibilidad de percibir el sentido de utilización del lenguaje escrito, lo cual es indispensable para el éxito de la enseñanza. Sin embargo, cabe acotar que no todos los métodos que se utilizan actualmente permiten llevar a cabo una enseñanza exitosa de la lectura.

Desde la perspectiva de la neuropsicología, la lectura se concibe como una actividad compleja que no se localiza en zonas reducidas del cerebro, sino que requiere de la participación de diversos factores, los cuales se forman durante la vida del niño en el proceso de su actividad. El análisis neuropsicológico de la lectura se basa en la valoración de los factores comprometidos en la actividad, utilizando tareas que se relacionan con las acciones de la lectura para determinar los factores que participan en ella y que tanto pudiesen estar funcionalmente y procesualmente desarrollados.

El abordaje neuropsicológico facilita la elaboración de una concepción distinta de la actividad de la lectura y sus dificultades, que surgen en el nivel de las acciones y se relacionan con causas tan diversas que hacen necesario un análisis mucho más minucioso y detallado que incluya las operaciones de dichas acciones y los mecanismos psicofisiológicos que hacen posible su ejecución y con ello tener la posibilidad de comprender la actividad internalizada que se requiere para este proceso, aunado a sus posibles dificultades para la elaboración de un programa de intervención.

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[1] Universidad de Guadalajara.
[2] Universidad Pedagógica Nacional. Unidad 095 Azcapotzalco.