1 de julio de 2008

Controversias generadas por los contenidos de Educación sexual en las Reformas curriculares de Educación primaria

Juana J. Ruiz Cruz*

La polémica suscitada por los contenidos de sexualidad presentes en los libros de texto de Ciencias Naturales de 5° y 6° grado de primaria editados en los años 1999 y 2000 respectivamente, no es nueva, la incorporación de ciertos contenidos en esos libros de texto, despertó la censura inmediata de ciertos sectores de la sociedad. Dicha discusión se remonta a décadas pasadas, es por ello importante hacer un recorrido histórico de la aparición de dichos contenidos en las diferentes reformas curriculares y las controversias que en su momento se generaron en torno a ello.

1.1 Educación sexual y las diferentes Reformas Curriculares en Educación Primaria: Breve recorrido histórico.
Los inicios de la educación sexual institucionalizada en México, estuvieron ligados al proceso de conformación del concepto de infancia. Entre los años 1890 y 1914 ocurrieron una serie de cambios y transformaciones en los conceptos médicos que produjeron una revolución en la percepción e interpretaciones de los fenómenos de la infancia. Fue en el porfiriato cuando se logró incorporar en el plan de estudios de la Escuela Nacional de Medicina algunas materias relacionadas con la niñez, por ejemplo Clínica de las Enfermedades Infantiles. Estos avances en los conocimientos médicos acerca de los niños, generaron cambios en el concepto de infancia, al mismo tiempo los nuevos conocimientos en el campo de la pedagogía permitieron el desarrollo de una forma de interpretación psicológica de los problemas infantiles, esto generó importantes repercusiones, una de ellas fue la fundación de los primeros Kindergartens en la Ciudad de México a principios del siglo XX. Asimismo, ambas disciplinas –Pedagogía y Medicina— fueron piezas fundamentales en la instalación del Servicio Higiénico Escolar en dicha ciudad en el año de 1908, consolidando así la presencia médica en las escuelas primarias. (Castillo, 2000)

En 1910, México participa en el Congreso Internacional de Higienistas en la Ciudad de París, en el que se discutió la necesidad de instrumentar la Educación Sexual para la infancia, sin embargo las autoridades mexicanas presentes consideraron que la población no estaba preparada para tal información. (Annales de Higiene Escolar, 1911:17; Tomado de Castillo 2000:206). Pero no sólo los cambios en el concepto de infancia fueron determinantes en la lucha por tener una educación sexual formal, también las nuevas lecturas sobre la mujer, la familia y la sexualidad marcaban un nuevo rumbo en la mirada de las mujeres, no sólo se concebían como seres con cuerpos destinados a la maternidad y al encierro de la vida doméstica. (Arteaga, 2001:70)

Las primeras mujeres que hablaron en público sobre los temas de educación de la sexualidad fueron las feministas yucatecas, en el I° Congreso Feminista de Yucatán efectuado en la ciudad de Mérida en el año de 1916, donde una de las conclusiones emitida fue:

“….Otra tradición que hay que descargar a la mujer es la de que sólo sirve para reproducir la especie y cuidar la prole. En las escuelas, en la sociedad está vedado a la mujer hablar y conocer de los fenómenos que tienen lugar en su naturaleza. La religión ha querido que ignore su sexo para poderla explotar”[1].
Pero no sólo se realizaban fuertes críticas sobre el papel asignado a la mujer, sino que también se hacían propuestas:

En las escuelas primarias se debe suministrar a la niñez el conocimiento del verdadero origen del hombre y de las religiones; deben darse conferencias públicas para señoritas y señoras con la finalidad a que se alude en la conclusión anterior; debe ministrarse a la mujer conocimientos de su naturaleza y de los fenómenos que en ella tienen lugar…siempre que se tenga la seguridad de que la mujer adquiere o ha adquirido ya la facultad de concebir”[2] (Tomado de Arteaga, 2001:73)

Posteriormente, en mayo de 1923 en el Congreso Panamericano de Mujeres, realizado en la Ciudad de México, se abordaron temas como el control de la natalidad, el niño, el amor libre y los derechos políticos y sociales de la mujer. Todo lo anterior, reflejaba que las inquietudes acerca de la educación sexual estaban vinculadas con problemáticas sociales en relación con la situación de la mujer mexicana. Vázquez (1993:37)

El plantear la necesidad de impartir educación sexual en las escuelas, no era un evento aislado, sino un reclamo de la sociedad latinoamericana que se expresaba en la Resolución 17 del VI Congreso Panamericano del Niño, realizado en julio de 1930, que decía:

Insistir nuevamente en la recomendación a los Gobiernos de América, que no lo hayan hecho, de la educación sexual desde la escuela primaria, de conformidad con la edad de los niños de ambos sexos y con las características sociales de cada país” (Bassols.1964)

El 21 de diciembre del mismo año, se envió un proyecto de programa para la educación sexual elaborado por tres profesores[3] destacados y un médico especialista, el cual subrayaba los siguientes propósitos:

1° Debe ser un proceso gradual de información que comience en el primer año de la escuela primaria, y vaya desenvolviéndose insensiblemente poco a poco.
2° No debe destacarse artificialmente lo relativo a esta materia, separándolo del resto de la educación en sus diversos aspectos, ni debe, por tanto, constituir una asignatura especial, objeto de un curso separado, distinto.

No concluía la discusión de este proyecto de programa para su adecuación y evaluación final, cuando algunos de los periódicos ya hablaban de un “Programa de Educación Sexual aprobado por la Secretaría de Educación”, generándose un gran escándalo en torno al mismo. No valió ninguna explicación, a pesar de la exhortación por parte de la Secretaria de Educación a los periódicos para que proporcionaran a sus lectores, honradamente el material completo y se despojara a las noticias de todo sensacionalismo barato y de toda pasión personal. Este primer episodio de rechazo a la educación sexual levantó nuevamente la voz de Narciso Bassols sobre la misión de la escuela en el campo de la educación sexual de la siguiente forma:

La escuela debe dar, a su hora y en la justa medida, ni antes ni después de tiempo, una noción científica de cómo nacen y se reproducen los seres vivos. El tabú de la reproducción es un refugio de las supersticiones más primitivas, y mientras la escuela no llegue a vencerlos no habrá logrado eficazmente construir en la mente de las generaciones nuevas una noción racional, verdadera, y por lo tanto sana y moral de la vida. En el fondo dos concepciones antagónicas de la moral: la que pretende apoyar la conducta humana en la ignorancia o el temor al más allá, y la que trata de construir un concepto social de la vida en el que los límites impuestos a la conducta nacen de la solidaridad de los hombres y del anhelo de mejoramiento de la vida común (Bassols, 1964, p. 288-289)

Dentro de los propósitos planteados en el Programa para los contenidos de Educación Sexual aprobado por la Secretaría de Educación en 1931, no se mencionaba un objetivo específico[4], sin embargo, en el mensaje final que da Bassols –después del fuerte rechazo a su postura—precisó que los contenidos que pretendía se abordaran en la escuela primaria eran acerca de “cómo nacen y se reproducen los seres vivos”. Al mismo tiempo la postura de la Comisión Técnica de la misma Secretaría argumentaba un desarrollo infantil dentro de un mundo secularizado representado por la escuela, la que tenía la obligación –entre otras cosas— de proporcionar información sobre sexualidad referente al origen de la vida y la función reproductiva, todo ello dentro de una perspectiva biológica. Pero lo más importante era el reconocimiento de la existencia de instintos sexuales en la niñez, un periódico de la época hacia referencia así:

En el mundo educativo moderno se considera la educación sexual como una acción necesaria para asegurar el desarrollo normal y total del instinto sexual […] Los niños manifiestan una gran curiosidad por todo lo que se refiere al origen de la vida, al nacimiento, a la diferencia de los sexos […] Si la escuela ministra nociones e informaciones de otros asuntos y de otros fenómenos próximos, con más razón debe ministrarla en relación con los primeros. Por lo tanto, los niños y jóvenes tienen derecho a saber de estas cosas. Si la educación que se dé es correcta, asegurará un desarrollo sexual equilibrado y provechoso, que influirá también provechosamente en los aspectos físico, moral y mental de los educandos[5]. (Tomado de Castillo, 2000:210)
El primer intento de introducir en el currículo oficial ciertas nociones sexuales para orientación de la juventud, junto con el cierre de escuelas primarias que violaban el carácter laico, causó la animadversión de los sectores conservadores de la sociedad, así como de la iglesia, provocando la renuncia de Bassols en mayo de 1934 (Ornelas, 1995,108-111).

La participación de la Iglesia, también fue determinante, a través de grupos católicos que conformaron células educativas que daban continuidad a su tradición religiosa, negándose a poner en práctica los programas y principios socialistas que se formalizaron al modificar el artículo 3° en 1934, implantándose con ello una educación socialista. Estas células apoyaban a padres de familia que consideraban que la educación sexual en las escuelas era “innecesaria y peligrosa”, cuestionando la capacidad del Estado para impartirla. Posteriormente, entre 1938 y 1940, se inicia una etapa de negociación entre la iglesia y el estado favoreciéndose al sistema educativo privado, dando como resultado la modificación del artículo 3° en diciembre de 1946. (Torres Septién, 2003)

Un hecho importante que incidió sobre la educación del país, sucedió durante el mandato del presidente Adolfo López Mateos en 1958, fue la edición y distribución de libros de texto para todos los niños de primaria, siendo obligatorio también para las escuelas privadas, las cuales se opusieron inicialmente a su uso.

El sector educativo respondió a la crítica social del movimiento estudiantil de 1968, que cuestionaba la falta de democracia de nuestro sistema social, gestándose en 1971 –en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez—, la reforma de los planes y programas de estudio y la elaboración de nuevos libros de texto gratuitos para la educación primaria. El objetivo central de esta reforma “era reconstruir la legitimad perdida a consecuencia del movimiento estudiantil del 68 y revitalizar la ideología oficial con un discurso nacionalista mas actualizado“(Candela, 1997, p.148).
Los libros de texto de Ciencias Naturales –elaborados por un grupo de científicos del Departamento de Investigaciones Educativas—aportaron elementos de modernización científica y pedagógica al discurso educativo. Específicamente, en el área de Ciencias Naturales un objetivo general[6] era:
Propiciar en el alumno el conocimiento y la comprensión de la naturaleza y de sí mismo como parte de ella, con el fin de lograr un desarrollo físico y mental sano, así como el aprovechamiento racional de los recursos naturales en beneficio de la humanidad. (SEP. Libro del maestro de 6° grado, 1976)
En sexto grado, este objetivo se cubría en 17 unidades que correspondía al número de lecciones del libro del alumno. La Unidad 9, donde se encontraban los contenidos de educación sexual, tenía como objetivos particulares y específicos los siguientes:

*Libro de texto de Ciencias Naturales de 6° grado de Educación Primaria (LTCN)

En la tabla anterior señalamos en cada objetivo específico, donde se encuentran los contenidos relacionados con estos, en el Libro de Texto de Ciencias Naturales de 6° grado, los cuales abordan los siguientes temas:

-Cambios físicos en la transformación de niñas a mujeres y de niños a hombres, cuyo ritmo de desarrollo es propio de cada adolescente.
-Anatomía y fisiología del aparato reproductor en la mujer. Se explica el ciclo menstrual.
-Anatomía y fisiología del aparato reproductor en el hombre. Se menciona la eliminación de vez en cuando de líquido con espermatozoides como algo normal.
-Se mencionan la existencia de cambios anímicos en los adolescentes.
-El papel que juega óvulo y espermatozoide en la fecundación
-Proceso de gestación del ser humano.
-Descripción del nacimiento de un niño.
-Responsabilidad de los padres hacia los hijos.

Antonia Candela quien formó parte de este equipo, se refiere a los contenidos del libro de texto así:

Los libros también transmiten una preocupación por un desarrollo afectivo sano y equilibrado de los niños al tratar temas como la necesidad de comunicación de sentimientos y afectos, los cambios psicológicos, físicos y emocionales relacionados con la adolescencia y la afectividad involucrada en las relaciones sexuales, que no eran temas tradicionalmente abordados en la escuela y, sin embargo, resultan de mucha importancia para los alumnos sobre todo en los últimos años de primaria. (Candela, 1997:160)

La polémica desatada por los libros de texto de Ciencias Naturales de la reforma del 71, se debe a la presencia –en la lección 22: ¿En qué nos parecemos los seres vivos? del Libro de texto de 3er. Grado de Ciencias Naturales—de una gatita embrazada dentro de la que se veían los gatitos, como un ejemplo de animal vivíparo, mencionando al final de la lección: “El hombre es vivíparo” (SEP. Libro de texto de tercer grado, 1976:141). Posteriormente en el texto de 6° grado causó controversias los dibujos de un niño y una niña que presentaban al descubierto los órganos genitales, para la UNPF, se argumentaba que era inconcebible que se incluyeran ese tipo de dibujos y además se detallara su función. (García Alcaraz, 2001)

La posición de la UNPF frente a los nuevos libros se expresó en un documento enviado al Secretario de Educación Pública –Ing. Víctor Bravo Ahuja—el 3 de enero de 1975, en el que exponían su oposición a la producción y emisión de los nuevos libros, argumentando “Nos oponemos por razones de orden moral, de orden pedagógico y de orden psicológico. Efectivamente, una buena ciencia y una correcta técnica indican que ese tipo de información, no puede darse inicialmente sino en el seno de la familia” (González, 1982:309).

Este comunicado no bastó para mostrar su inconformidad. En alianza con la iglesia y grupos conservadores organizaron actos como la quema de libros de texto en plazas públicas de las ciudades de Monterrey, San Luis Potosí y Aguascalientes. Estas presiones obligaron a que, para la segunda edición de libros que se entregarían para el ciclo escolar 1975-1976, los dibujos del niño y la niña fueran “prudentemente” vestidos con trajes de baño. Aunado a esto en la misma lección 9 al término de la explicación referente a la producción de espermatozoides y a la “capacidad biológica del adolescente para ser padre”, se le agregaría la siguiente leyenda “pero no quiere decir que esté preparado para ello. Tiene que crecer, trabajar, ganar lo suficiente para formar una familia, ser responsable y capaz de hacer frente a sus compromisos” (SEP. Libro de texto de Ciencias Naturales. Sexto grado, 1999:119). Valentina Torres Septién expresa en su tesis doctoral el por qué de la oposición de la UNPF a dichos libros:

... se manifestaba renuente a que el sexo se viera únicamente a través del prisma biológico y criticaba el tratamiento que se daba a prácticas como la masturbación y explicaciones de la evolución de la especie, y reclamaba el derecho de los padres de familia para ser ellos, y no la escuela, quienes dieran la educación sexual. (Vargas, 1998: 30 julio)

Sin embargo, en éste como en otros argumentos dados por esta organización se presentan contradicciones, pues al consultar la lectura completa de la unidad 12 del libro de Ciencias Naturales, producto de la reforma de 1973 y de los ajustes realizados en 1975-1976, no aparece el término “masturbación”. Donde si se aborda el contenido en cuestión, es en el libro del maestro de 6° grado de primaria, en la sección “Información para el maestro”:

Las prácticas sexuales son igualmente un aspecto muy importante de la adolescencia. A pesar de todas las limitaciones establecidas, no se puede hacer que los adolescentes se sustraigan a ellas, pues las sienten como una necesidad biológica y como algo fundamental para reafirmar su personalidad. Como difícilmente pueden realizarse con una pareja del sexo opuesto, es común que recurran a la masturbación. Aunque esta práctica está condenada por nuestra cultura, es común entre el 70 o el 80 % de los varones. Debe subrayarse que la masturbación es enteramente normal en la adolescencia y no provoca trastornos físicos ni mentales. Tampoco provoca la aparición de barros y espinillas como afirman las consejas populares (SEP. Libro del maestro. Sexto grado, 1974:142).

Esta información presente en el libro de texto del maestro, pareciera ser el párrafo que causó más polémica, es decir la UNPF no consideraba como una “necesidad social” que existiera el contenido sobre la masturbación dentro del currículo, ni explícito ni oculto en el salón de clases, o al menos no compartía la misma explicación dada a dicha acción.

La posición de la Iglesia frente a esta reforma se dio en variadas formas, una de ellas era a través de organizaciones como UNPF o directamente, como en este caso, el Episcopado realizó dos jornadas de educación sexual, que finalmente no impactaron en los textos. (García Alcaraz, 2003)


En el sexenio de López Portillo, 1978-1983, Fernando Solana en ese entonces Secretario de Educación Pública, expuso los objetivos del Programa Educativo del Gobierno Federal 1979-1982, donde el programa prioritario era el “Mejoramiento de los contenidos y métodos educativos”. Este programa tenía como meta revisar de manera permanente contenidos, métodos, planes y programas educativos en los niveles básico y normal para ser implantados a partir de 1980.

El diseño curricular en educación primaria continuó por áreas y dentro de un modelo por objetivos, sólo sufrieron modificaciones los libros de 1° y 3° de educación primaria. Los contenidos de sexualidad no cambiaron, únicamente se introdujo un nuevo título en los libros de sexto grado, donde se abordarían dichos contenidos: Educación para la salud. A continuación se trascriben textualmente los objetivos particulares de estas dos unidades, donde se observa la ausencia de los temas de reproducción biológica, concretándose sólo a contenidos de higiene y transformaciones biológicas de los adolescentes:

Comprender que existe interrelación entre la participación social del individuo y sus transformaciones físicas y psicológicas en la pubertad y la adolescencia.


1. 2 Los libros de Ciencias Naturales vigentes y la Educación Sexual
Actualmente se trabaja con los libros de Ciencias Naturales que se elaboraron como parte de la reforma integral de los libros de texto gratuitos iniciada en 1992. Miguel Limón Rojas –Secretario de Educación Pública—el 27 de julio de 1998 presentó el nuevo libro de texto de Ciencias Naturales para 5° grado, el cual contiene nuevos elementos de educación sexual. En su discurso de presentación se refirió a los contenidos de sexualidad de este libro así:

….tiene un lenguaje científico, tendiente a la formación de un criterio valoral y ético y a partir del cual el estudiante adquiere elementos sobre su desarrollo biológico, con todo respeto para las diversas creencias y enfoques que parten de posiciones religiosas de diverso orden, además por la trascendencia del tema y la seriedad con la que se abordó.......no estamos apostando al conflicto; queremos que esta materia deje de ser vista con morbo para enfocarse de manera correcta; queremos que deje de ser objeto de escándalo para aceptar que se trata de una información indispensable para la formación integral del ser humano, el libro ha sido elaborado con cuidado y respeto para no ofender ninguna creencia que nos merece respeto. (Vargas, 1998:29 julio)

Asimismo, en una entrevista hecha a Olac Fuentes Molinar –en ese entonces Subsecretario de Educación Básica—expresaba lo siguiente:

...la cultura de los medios, la cultura común han puesto al alcance de niños y jóvenes, de manera desordenada, muchos aspectos de formación sexual, que no tienen ciertamente el propósito de orientar, es por ello que la política educativa, se nutre de las necesidades sociales y de lo que expresa la opinión pública. (Vargas, 1998:29 julio).

Retomando lo dicho por Olac Fuentes, son las necesidades sociales que surgen de los cambios en el contexto en el que se desarrollan las diversas sociedades, las que inducen las reformas curriculares. Gimeno Sacristán lo expresa de la siguiente forma:

El currículo no hace pues, sino reflejar el carácter de institución total que cada vez de forma más explícita está asumiendo la escuela en un contexto social en el que muchas de las funciones de socialización que han desempeñado otros agentes sociales ahora las realiza ella con el consenso de la familia y de otras instituciones. (Gimeno, 1989:66)

Asimismo afirma que a los curricula modernos se les exige cada vez más, dentro de un mundo que se desarrolla vertiginosamente, donde los medios de comunicación juegan un papel trascendental incluyendo el internet, donde el principal problema será lograr un consenso social y pedagógico.

Sin embargo, los cambios no se dan por la imposición de políticas educativas, pues cada individuo se apropiará de manera diferente de ciertos contenidos, confirmando que los cambios provienen de la suma de diferentes actitudes individuales predominantes bajo ciertos contextos culturales, no de imposiciones institucionales.

Lo dicho anteriormente, quedó evidenciado en las posturas encontradas de diferentes organizaciones con respecto a los libros de texto de ciencias naturales. Por un lado Salvador Valle –presidente de la Confederación Nacional de Escuelas Particulares (CNEP), muchas de ellas de carácter religioso—consideró positivo el capítulo de enseñanza sexual en los nuevos libros de texto, aunque expresó que tenía algunos “vacíos”, como la falta de insistencia en el respeto a la vida (oposición al aborto), una mayor insistencia en los valores morales y la exclusión de la participación de los padres de familia en las actividades que se proponen en los libros. A pesar de esto, ellos consideran que es una oportunidad para complementar la educación sexual, con la formación moral. (Herrera, 1999, 5 de agosto).

Por otra parte, la Asociación Nacional de Padres de Familia, manifestó su rechazo por considerar que estos temas se deben tocar a mayor edad o en los programas de educación secundaria, cosa que actualmente parecen haber olvidado. El grupo Pro Vida considero que lo grave no es en sí mismo el manejo de la información sobre la sexualidad para los alumnos de primaria, sino que no se consultó con oportunidad a los padres de familia. (Miranda, 1998). Ninguna de estas posturas profundamente conservadoras y antagónicas al tratamiento de la sexualidad en el libro de texto fructificó, por lo que en el ciclo escolar 98-99 se repartieron dichos libro.

Al siguiente año, en 1999, se editó el libro de texto de Ciencias Naturales y Desarrollo Humano para 6° grado de educación primaria, así como la reformulación de la materia de Civismo para secundaria, que actualmente se llama Formación Cívica y Ética. Con ello la SEP prácticamente concluía el proceso de renovación de los contenidos y métodos de enseñanza iniciado en 1992.
El libro de Ciencias Naturales y Desarrollo Humano para sexto grado incorpora temas de sexualidad como: masturbación y equidad de género. En conferencia de prensa Limón Rojas aclaró que temas como el aborto y el uso de los anticonceptivos, no se trataron a fondo, pues se consideró que no son apropiados para niños de entre 11 y 13 años. El subsecretario de Educación Básica y Normal, Olac Fuentes Molinar, señaló que el propósito del libro es ayudar a los niños y niñas a entender qué sucede al inicio de su adolescencia llamando a las cosas por su nombre, con claridad, pero con un trato o un manejo comprensivo y delicado de problemas a los cuales los propios niños y la sociedad son muy sensibles y añadió ante la posible oposición de algunas organizaciones conservadoras:

Debieran plantearse si es mejor que los niños reciban una gran cantidad de información y de mensajes que no vienen encuadrados en un ámbito general que se ocupe de su formación, y que vienen muchas veces correspondiendo a una cultura del morbo, basada justamente en la ignorancia, en el prejuicio, en la falta de respeto a la mujer (Herrera, 1999, 30 de julio).

No se dejaron esperar las críticas que el grupo Pro Vida[7], por medio de su dirigente Jorge Serrano Limón, hiciera a los mencionados libros: “Esos libros, al mencionar los anticonceptivos, están llevando hacia una mentalidad anticonceptiva, de ver al hijo como una amenaza, y eso es bastante grave porque los contenidos están respondiendo a los lineamiento que le fueron dictados a México en la tercer Conferencia Internacional de la Mujer, además se menciona a los anticonceptivos como la única opción para evitar el embarazo en vez de inculcar el autodominio pleno de las persona. Continua refiriéndose a la masturbación como un vicio, como una degradación de la sexualidad del individuo que dificulta las relaciones heterosexuales y asienta más el egoísmo porque va enfocado al placer personal, por ello se considera que es uno de los pasos que podría derivar en la homosexualidad y el machismo, no es natural y por lo tanto debe omitirse esa información a los adolescentes. (Herrera, 1999, 2 de agosto)
Todos estos debates acerca de la educación sexual se dieron entre las autoridades gubernamentales, los científicos, la Iglesia, las asociaciones civiles, los padres de familia, etc. Hasta este momento hemos dado cuenta de las diversas voces que se levantan a favor o en contra sobre un tema tan polémico como es la sexualidad en el ser humano, pero están ausentes voces de vital importancia como son las de los niños y niñas de educación primaria. Estos púberes[8] que empiezan a transitar hacia la etapa de la adolescencia, son los protagónicos en esta investigación cuyas voces queremos recoger y hacer audibles frente a un tema en el que ellos tienen fundamental interés.

* Directora y asesora de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad UPN-095 Azcapotzalco.
[1] Primer Congreso Feminista de Yucatán, 1916. (1975) Memorias. México: Infonavit. p. 64. Tomado de Arteaga (2001)
[2] Primer Congreso Feminista de Yucatán, 1916. (1975) Memorias. México: Infonavit. p. 142 Tomado de Arteaga (2001)
[3] José Pichardo (Presidente del Consejo de Educación Primaria), César Ruiz (Presidente de la Comisión Técnica Consultiva, Luis Hidalgo Monroy (Jefe del Departamento de Enseñanza Primaria y Normal, Doctor Alfonso Pruneda (Miembro de la comisión Técnica Consultiva). (Bassols.1964)
[4] Tyler afirmaba que: “la forma más útil de enunciar objetivos consiste en expresarlos en términos que identifiquen al mismo tiempo el tipo de conducta que se pretende generar en el estudiante y el contenido del sector de vida en el cual se aplicará esa conducta”. (Tyler, 1973:50)
[5] El Nacional, 24 de mayo de 1933.
[6] La visión por objetivos es fuertemente cuestionada por Stenhouse quien afirma que esto hace que se limite la visión del maestro pues se parte de la delimitación previa de resultados anticipados del proceso, causando confusión en la naturaleza del conocimiento y confusión en la naturaleza del proceso por el que se perfecciona la práctica. En el modelo de procesos a diferencia del de objetivos, coloca al profesor en el rol de estudiante que tratara junto con el grupo de explorar la naturaleza del entendimiento, escudriñar todos los elementos presentes en el aula que permitan mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, siendo el maestro el principal observador de sus clases escolares, un investigador de su propia práctica docente, es por ello que “....el modelo de proceso implica que en la comprobación o la evaluación, el profesor debería ser un crítico y no un simple calificador” (Stenhouse, 1998:139)
[7] Provida nace en 1978 como respuesta a una iniciativa de ley enviada por el Partido Comunista a la Cámara de Diputados para legalizar el aborto en México. Se contemplaba en dicha iniciativa que el aborto fuera considerado legal. http://www.comiteprovida.org/ deberían prestar este servicio en forma gratuita.
[8] Hasta este momento se ha manejado indistintamente los conceptos de adolescente y púberes, sin embargo es importante hacer una acotación de conceptos. A lo largo del desarrollo de este trabajo se evidencia la tensión existente entre ambos conceptos, uno, el concepto de adolescente dando cuente de ser un término acuñado desde la psicología y el otro, el concepto de púber refiriéndose a una fase del desarrollo biológico del ser humano. Sin embargo, es importante pensar en los púberes, como un sujeto necesario de ser visibilizado, afirmación realizada por Aguilera-Ruiz, quien considera la posibilidad de rastrear un hilo conductor en el significado hegemónico entre pubertad por un lado, y juventud en otro extremo. Es decir, que los significados biológicos asociados al primero se encuentran tensionando y capturando el sentido social del segundo”. Pero no se debe olvidar como afirma Feixa que la juventud deber ser situada entre un inicio natural (pubertad fisiológica) y una condición cultural (ser adulto), siendo esta etapa Un conjunto de síntomas psico-sociales asociados a la inestabilidad juvenil, inmadurez, romanticismo, emotividad, desintegración, rebeldía, etc. Síntomas que convierten a la juventud en periodo de crisis de fe, en un periodo de crisis personal y social por antonomasia. (Aguilera-Ruiz, 2001: 62-79)

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